Los mexicanos y la Constitución

Por: Onel Ortiz @onelortiz

El conocimiento que la ciudadanía tiene sobre la Constitución es un reflejo del estado de la democracia en México. No hay estudios recientes, pero un trabajo del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, titulado Cultura de la Constitución en México. Una encuesta nacional de actitudes, percepciones y valores (2019), revela datos preocupantes sobre la relación entre los ciudadanos y la carta magna que rige la vida nacional. La mayoría de los encuestados considera que la Constitución ya no responde a las necesidades del país y existe un consenso relativo sobre la necesidad de modificarla. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre su contenido y la escasa educación cívica dificultan cualquier intento de transformación con amplio respaldo social.

El estudio revela que el 60% de los encuestados considera que la Constitución ya no responde a las necesidades del país, mientras que solo un 20.5% la considera adecuada. Este dato refleja un malestar generalizado hacia la estructura normativa y sus efectos en la vida pública. No es para menos. Desde su promulgación en 1917, la Constitución ha sido objeto de 900 reformas que han modificado su esencia. El modelo de desarrollo postrevolucionario, plasmado en los artículos 3°, 27° y 123°, ha sido paulatinamente desmontado por reformas neoliberales impulsadas desde la década de los ochenta. Hoy, la Constitución se percibe como un documento alejado de la realidad nacional, incapaz de articular respuestas claras a los problemas de la ciudadanía.

La cuestión de fondo es si el problema radica en el texto mismo o en la falta de aplicación efectiva de sus principios. La Constitución contiene disposiciones fundamentales sobre derechos humanos, justicia social y participación democrática, pero en la práctica, muchas de estas garantías quedan en el papel. La brecha entre norma y realidad genera desconfianza y alimenta la percepción de que la Constitución ya no es funcional.

Ante este diagnóstico, la pregunta obligada es qué hacer con la Constitución. La encuesta muestra que el 21.6% de los encuestados considera que debería crearse una nueva carta magna, mientras que el 43% prefiere modificarla solo en parte. Un 19.4% se inclina por dejarla como está. Estos resultados evidencian que la mayoría de la población no busca una ruptura total con el orden constitucional vigente, sino una actualización que permita mejorar sus condiciones de aplicación.

La idea de una nueva Constitución no es descabellada. En América Latina, países como Venezuela (1999), Ecuador (2008) y Bolivia (2009) han impulsado procesos constituyentes para redefinir el pacto social. En México, sin embargo, la viabilidad de este camino es incierta. La Constitución de 1917 sigue siendo un referente histórico de la Revolución, y la posibilidad de redactar un nuevo documento enfrenta múltiples obstáculos políticos, institucionales y sociales. La ausencia de una cultura constitucional consolidada hace que el debate sobre su contenido sea superficial y sujeto a intereses partidistas.

El 38.4% de los encuestados se muestra a favor de convocar a un Congreso Constituyente para elaborar una nueva Constitución, mientras que un 23.8% está en contra. Este dato sugiere que existe una base social dispuesta a debatir el tema, pero también un sector considerable que rechaza la idea.

La convocatoria de un Congreso Constituyente en México implicaría definir quiénes participarían en su elaboración, cuáles serían los principios fundamentales y qué mecanismos garantizarían su legitimidad. En la historia reciente, procesos constituyentes en otros países han generado polarización y conflictos. En México, el reto sería diseñar un proceso incluyente, alejado de intereses facciosos y capaz de generar consensos amplios.

Uno de los problemas centrales que revela el estudio es el bajo nivel de conocimiento sobre la Constitución. La falta de educación cívica impide que los ciudadanos se apropien de su contenido y lo exijan como parte de su vida cotidiana. No basta con preguntar si la Constitución es adecuada o no; es necesario que la ciudadanía comprenda su función, sus principios y la manera en que incide en su realidad.

Las reformas educativas han descuidado la enseñanza de la Constitución. Durante décadas, los programas escolares han minimizado su estudio, reduciendo su aprendizaje a una serie de conceptos abstractos sin conexión con la vida diaria. El resultado es una ciudadanía que desconoce sus derechos y obligaciones, lo que facilita la manipulación política y la falta de exigencia democrática.

Actualizar este tipo de encuestas a la luz de los recientes cambios constitucionales impulsados en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los debates que se generarán en la administración de Claudia Sheinbaum permitiría conocer si la percepción ciudadana ha cambiado. En los últimos años, la Constitución ha sido objeto de reformas que han fortalecido la presencia del Estado en la vida económica y social del país, además de redefinir el papel de la Suprema Corte de Justicia y el Poder Judicial. Con ello, la percepción sobre su funcionalidad podría haberse modificado.

Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿de qué sirve reformar la Constitución si la ciudadanía no la conoce ni la defiende? Sin una cultura constitucional sólida, cualquier transformación será un ejercicio de élites, sin el respaldo necesario para generar un cambio real. La urgencia no es solo reformar la Constitución, sino hacerla comprensible y accesible para todos los mexicanos.

El reto de los próximos años será garantizar que la Constitución no solo sea un documento legal, sino un pacto vivo entre los ciudadanos y el Estado. Para ello, es imprescindible impulsar una educación cívica de calidad, fortalecer los mecanismos de participación y generar un debate amplio sobre el futuro constitucional del país. Solo así será posible que la Constitución deje de ser vista como un texto ajeno y se convierta en el verdadero reflejo de la voluntad popular. Eso pienso yo, usted qué opina. La política es de bronce.

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https://youtu.be/KphAZutvE-4?si=Im_1QImHDFH43o0D

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