La tragedia y el mensaje

Por: Luis Humberto Fernández @LuisH_Fernandez

Hay días que sabemos que, después de ellos, nada va a ser igual. Éste es el caso del pasado 20 de mayo, cuando nos enteramos del cobarde asesinato de Ximena y Pepe.

Tuve la oportunidad de tratarlos por el trabajo educativo que se realizó durante la gestión de Clara Brugada como alcaldesa de Iztapalapa, donde reflejaron su compromiso con la educación.

Esta noticia generó dolor entre todas y todos los que los conocimos, pero también lleva a una reflexión profunda sobre sus implicaciones.

Un homicidio de esta naturaleza es, sin duda, un mensaje que tiene direccionalidad e intencionalidad. No se realizó un crimen contra un mando de la policía, del Ejército o alguien que tuviera actividades relacionadas a seguridad; es algo que buscó pegar en el corazón de la Jefa de Gobierno.

Esto asoma un cálculo perverso y sofisticado: una ejecución precisa, hecha por un profesional a sangre fría, con dominio del arma, y una investigación previa de hábitos y de agenda. El propósito fue cimbrar, sabiendo que coincidiría con La Mañanera del Pueblo.

Cada crimen implica un mensaje. El Príncipe, de Maquiavelo, lo describe con claridad. No es lo mismo lo que hizo Oliverotto de Fermo, que, durante una cena, mandó ejecutar a los líderes de la ciudad, para garantizar su control, a la ejecución pública de Ramiro de Lorca, ordenada por César Borgia. Maquiavelo describe cada uno de estos, como una jugada política diferente.

Un momento tan delicado implica la mayor responsabilidad y racionalidad. Las afirmaciones de crimen de Estado y culpar a la derecha, no solo son ofensivas y absurdas, sino que le son funcionales a los verdaderos asesinos intelectuales y materiales, distraen de la realidad y, en ambos casos, se ven tan mal que pareciera un lucro político, por lo que debe prevalecer la prudencia y tener confianza en las instituciones. México se ha caracterizado siempre por su capacidad de enfrentar el infortunio y salir más fuerte y esta vez no será la excepción. Por eso, el mensaje es contundente: en la Ciudad de México mandan la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, y las instituciones democráticas; y en el país, manda la Dra. Claudia Sheinbaum, Presidenta de la República y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas; que no quede la menor duda, nadie se va a amedrentar. ¡Apoyo total a la Presidenta y a la Jefa de Gobierno!

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