En el corazón de la Ciudad de Puebla, un evento político se convirtió en el epicentro de una inusual convergencia de fuerzas. Convocados por Ignacio Mier, candidato al Senado de la República, los representantes de Morena, PT y PVEM se unieron en un acto de unidad que marca un hito en la política poblana. Hubo café y tamales, los tamales de la unidad.
El antecedente ocurrió el 1º de marzo en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando Claudia Sheinbaum, desglosó, ante miles de personas, cien compromisos para su gobierno. Lo sorprendente no fue solo la cantidad, sino la disposición de todos los candidatos presentes, a comprometerse a cumplir cada uno de ellos. Este gesto sentó las bases para la unidad que tomó forma dos días después en Puebla.
La convocatoria de Ignacio Mier resonó con fuerza en los círculos políticos de la entidad. Alejandro Armenta, candidato de Morena a la gubernatura de Puebla, acudió a la reunión en el hotel NH del Centro de la Ciudad de los Ángeles, donde las dirigencias estatales de Morena, PT y PVEM se encontraron con los 16 candidatos a diputados federales y las dos fórmulas al Senado. El ambiente en la sala estaba cargado de expectativas y especulaciones sobre el alcance de esta unión estratégica.
Entre los rostros destacados que se sumaron al acto, destacó la presencia de Rosario Orozco Caballero, viuda de Miguel Barbosa y candidata a diputada federal del distrito 15 de Tehuacán, aportó un toque emotivo. Claudia Rivera Vivanco, ex presidenta municipal de Puebla y ahora aspirante al distrito de Tepeaca. Figuras como Tony Gali Jr., Miguel Carrillo y Alejandro Carvajal, que aspiran a la reelección, añadieron una diversidad inusual a la escena política poblana. También se hicieron presentes en primera fila además de Alejandro Armenta, Pepe Chedraui, morenista de última ocasión y candidato de los morenistas a la capital, y Olivia Salomón, que aspiró a la gubernatura y fue designada por Claudia Sheinbaum como enlace con los empresarios; Julio Huerta y Daniela Mier.
Los rituales de la política, como el trasfondo de esta reunión demostró, son a veces extraños pero, al mismo tiempo, sorprendentemente simples. Aquellos que alguna vez se enfrentaron con vehemencia, están ahora unidos en torno a la figura de Claudia Sheinbaum y al legado del Presidente López Obrador. La comedia política, más que la tragedia, se manifestaba en esta amalgama de actores políticos que, por un momento, dejaban de lado sus diferencias para abrazar un objetivo común.
Y así, con la inusual mezcla de emociones y expectativas, se dio inicio a un nuevo capítulo de la tragicomedia poblana. Las alianzas políticas, siempre impredecibles, se forjaron en ese hotel del Centro de Puebla, entre tamalitos, discursos apasionados y apretones de mano que sellaban pactos momentáneos. La política, como se evidenció en este acto, es un escenario en constante cambio, donde los protagonistas se adaptan a las circunstancias para escribir un guion imprevisible. En Puebla, la tragicomedia continúa, prometiendo giros y sorpresas en cada escena de este intrigante drama político.
