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19 de septiembre de 2024

No me quiero morir

Por: Onel Ortiz @onelortiz

“¡No me quiero morir!” Fueron las últimas palabras de Dante Emiliano, un niño de doce años, estudiante de secundaria, hijo y nieto, que fue asesinado en Paraíso, Tabasco, por unos desalmados, dos hombres y una mujer intentaron llevárselo del domicilio de su abuela, al no conseguirlo le dispararon en tres ocasiones, huyendo con rumbo desconocido, sin que hasta el momento se tengan pistas de su paradero.

Se desconoce el móvil, ¿por qué querían secuestrar a un preadolescente de una colonia popular? Esa es la cuestión. Se tiene certeza de los hechos: fue asesinado a sangre fría. 

¡Malditos! Mil veces malditos los asesinos. ¡Malditos! Mil veces malditos las políticas y los políticos que quieren medrar de esta tragedia y los que minimizan los hechos. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión guardó un minuto de silencio. Les faltó valor y honestidad para decir la verdad. Dante Emiliano no falleció, como dice el tibio punto de acuerdo. Dante Emiliano fue asesinado.

Rechazo los discursos que pretenden normalizar la violencia, que diluyen o dilatan los hechos y distorsionan la realidad. Nada de medias tintas o distractores. Me sumo a la exigencia de justicia para Dante Emiliano. En la semblanza oficial del fiscal general del Estado de Tabasco, Nicolás Bautista Ovando, se lee: “El 15 de febrero de 2021, tras una exhaustiva valoración profesional, el Pleno de la LXIII Legislatura del Congreso del Estado lo nombró Fiscal General del Estado, para concluir el periodo 2019-2028.”

Para luego es tarde. El fiscal da resultados o que se vaya, que renuncie. En todo proceso social hay un antes y un después. En Tabasco, el asesinato de Dante Emiliano es el después. Nada de que la Fiscalía General de la República atraiga el caso, este mecanismo  se ha convertido en la ruta para que los crimenes de alto impacto se pierdan en la burocracia y en la grilla política. 

El gobernador de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos debe apoyar con todos los recursos del Estado a la fiscalía para la localización, captura y presentación de los asesinos de Dante Emiliano. Nada de declaraciones chabacanas o distractores. 

El sábado en Paraíso y ojalá en todo Tabasco marcharán para exigir justicia a Dante Emiliano. Un reclamo que nace del alma de una sociedad lastimada por la delincuencia y agraviada por gobernantes ineficientes. La marcha es justa y legítima. Solidaridad absoluta con la madre, con la abuela de este niño que encontró la muerte a los pies de la puerta de la casa de su abuela.

Algo tiene que pasar. Algo tiene que cambiar. Algo tenemos que hacer, para que los culpables reciban el castigo que merecen. ¡No quiero morir!  ¡No quiero morir! Son expresiones que calan, que no me las puedo quitar de la cabeza. Fue el fin de una joven vida, de una promesa que no fue. Dante Emiliano  no lo dejaron terminar la secundaria, no fue padre, ni profesionista. Simplemente lo asesinaron en Paraíso, en Tabasco que es un Edén. 

Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.

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