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21 de noviembre de 2024

La libertad, la Inteligencia Artificial y yo

Por: Onel Ortiz @onelortiz

Será una gran satisfacción acompañar a Alejandro Colina Fajardo en la presentación de su más reciente obra La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo. No es sencillo escribir y publicar un libro en estos tiempos, donde la cultura de la palabra ha sido sustituida, en gran medida, por la cultura de la imagen, donde las redes sociales intentan eclipsar al libro y lo efímero de un clic reemplaza a los valores perdurables que nacen del conocimiento profundo.

Alejandro y su editorial son, sin duda, valientes y románticos. Valientes, porque lanzar un proyecto editorial es un acto de resistencia cultural en una época donde lo visual y lo inmediato han ganado terreno, donde el mercado editorial se ve amenazado constantemente por las modas tecnológicas y las distracciones digitales. También son románticos, porque apuestan a la lectura, a que aún hay almas que están dispuestas a detenerse, a dedicar varias horas a la lectura reflexiva, a adentrarse en las profundidades de un pensamiento que no se mide por la rapidez de un “me gusta” o un “retweet”, sino por el impacto que deja en la conciencia y en el corazón.

Agradezco la oportunidad y el honor de participar en esta presentación, porque no solo me permite compartir mis impresiones sobre el libro, también celebrar una amistad con Alejandro de hace años, décadas. Me llena de orgullo testimoniar su crecimiento como escritor, su constancia, su coraje, y sobre todo, esa voluntad para expresarse a través de la palabra escrita.

La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo es un texto que podríamos describir como valiente, igual que su autor. Es un libro que, con desparpajo y autenticidad, transita entre el cuento y el ensayo, entre la anécdota  y la reflexión filosófica, logrando que el lector se sienta atrapado en un recorrido lleno de sorpresas.

A través de textos breves e intensos, Alejandro nos ofrece su visión sobre algunos de los temas más relevantes y complejos de nuestro tiempo y del futuro, como la inteligencia artificial y el internet. Pero lo hace de una manera que no es pretenciosa ni técnica, sino cercana, mezclando esas ideas de alta tecnología con las experiencias cotidianas de alguien que creció en un municipio conurbado de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Alejandro tiene la habilidad de hacernos reflexionar sobre lo absurdo de la vida, la tragedia humana, y a la vez, sobre el sentido profundo que subyace en todo lo que hacemos. Su obra está llena de momentos que nos hacen reír, de episodios que nos invitan a la introspección, y de escenas que parecen simples en la superficie, pero que esconden una gran complejidad filosófica. Esa es, quizá, una de las mayores virtudes de este libro: parecer sencillo y ligero, pero estar cargado de una profundidad que, a medida que lo leemos, se va revelando capa tras capa.

Alejandro ha alcanzado en esta obra una madurez como escritor y como pensador, algo que es evidente no solo en los temas que aborda, sino en la manera en que los presenta. Después de leer La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo, es inevitable preguntarnos dónde inscribir su pensamiento.

¿Es un autor nihilista, epicúreo, estoico, existencialista, cínico, o quizá un poco de todos ellos? Creo que, Alejandro se nutre de varias corrientes filosóficas, de esos años de febril lectura, para ofrecernos una visión ecléctica que, al final del día, gira en torno a dos grandes preguntas:

¿Cómo podemos ser libre en lo individual? y ¿Cómo podemos ser justos en la sociedad?

Estas preguntas, presentes de manera implícita en toda la obra, nos llevan a reflexionar sobre nuestra propia relación con el mundo. Alejandro nos enfrenta a la paradoja de vivir en una era hiperconectada, donde el internet y la inteligencia artificial parecen ofrecer posibilidades ilimitadas, pero donde, al mismo tiempo, enfrentamos nuevas formas de esclavitud y alienación. Nos invita a cuestionar si la tecnología que promete facilitarnos la vida no nos está robando, en realidad, nuestra libertad más esencial: la de ser dueños de nuestro propio destino, de nuestros pensamientos y de nuestro tiempo.

En este sentido, La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo es también un llamado de atención. Nos insta a no perder de vista lo que realmente importa en una sociedad que parece obsesionada con lo inmediato, lo rápido y lo superficial. Es una invitación a detenernos, a reflexionar, a desconectarnos de vez en cuando de las pantallas y a reconectarnos con lo que somos como seres humanos.

Alejandro también toca en su obra la importancia del absurdo, y lo hace con un humor que roza lo irónico, a veces cínico, pero siempre lúcido. Es un humor que nos recuerda a los maestros del pensamiento existencialista, aquellos que supieron ver en el absurdo de la vida una oportunidad para encontrar nuestro propio sentido. Alejandro nos invita a reírnos de nuestras propias tragedias y a entender que, aunque la vida puede ser absurda, eso no significa que no pueda tener significado.

Sin embargo, no todo es filosofía en este libro. Alejandro también nos ofrece una visión humana, personal, intima y cercana de lo que significa vivir en el México contemporáneo, un país lleno de contrastes, donde lo cotidiano se entrelaza constantemente con lo extraordinario, y donde la lucha por la libertad individual y colectiva es, en muchos casos, una batalla diaria.

En ese sentido, La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo es también una obra profundamente mexicana, que refleja la idiosincrasia de un pueblo que ha sabido resistir y encontrar sentido en medio de la adversidad.

La Libertad, La Inteligencia Artificial y Yo es un libro que, sin duda, dejará una reflexión en aquellos que se atrevan a sumergirse en sus páginas. Es un recordatorio de que, a pesar de los tiempos difíciles que vivimos, la palabra sigue siendo una herramienta poderosa para la reflexión, la resistencia y la búsqueda de la libertad. Gracias a Alejandro por compartir  su pensamiento, su humor, y su visión del mundo.

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