Desde la juventud, con convicción por la transformación

Por: Rosy Urbina @RosyUrbinaTap

El pasado viernes tuve el privilegio de participar en el Foro Jóvenes Dialogando por el Segundo Piso de la Transformación, organizado por nuestro coordinador, el Dip. Ricardo Monreal. Más allá de un evento, fue un recordatorio poderoso del papel central que ocupa la juventud en la vida política de nuestro país.

La Cuarta Transformación no es solo un proyecto de gobierno, es un movimiento social profundo que exige energía, creatividad y compromiso. Hoy, más que nunca, las y los jóvenes están llamados a dejar de ser espectadores para convertirse en protagonistas del cambio. México no puede prescindir de su voz ni de sus ideas.

Sin embargo, no podemos ignorar los múltiples retos que enfrentan las y los jóvenes al intentar incidir en la política. Muchos se encuentran con barreras estructurales como la falta de oportunidades reales de participación, el adultocentrismo que minimiza sus aportaciones, y un entorno político que a veces desalienta la innovación y la crítica. A esto se suma la precariedad laboral, el acceso limitado a la educación superior y una constante incertidumbre sobre su futuro.

Su participación es valiosa, pero no solo se trata de eso, se debe tener un propósito, formación y convicciones firmes. Por eso les compartí mi recorrido y experiencia como funcionaria pública en la frontera sur.

He sido testigo de los grandes retos que enfrentamos, pero también del potencial transformador que posee nuestra gente, en especial nuestras juventudes. Ser un joven en la Cuarta Transformación no significa repetir consignas, sino construir soluciones desde nuevos paradigmas. Significa alzar la voz por quienes no la tienen, luchar contra la desigualdad, defender una democracia más participativa, y proteger un proyecto que devuelve el poder al pueblo. Significa también recordar que el poder solo se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás.

Por eso, hoy invito a la juventud a tomar una decisión valiente, a comprometerse con un proyecto de país más justo, más humano y más digno, a convertirse en los nuevos rostros de una política que no se compra ni se vende, sino que se vive con ideales.

Como dijo el pensador brasileño Paulo Freire: “La juventud no debe ser vista como objeto de la historia, sino como sujeto de la transformación”. Las y los jóvenes están para reinventar este mundo. ¡Adelante, jóvenes!

MÁS INFORMACIÓN

MÁS INFORMACIÓN

NOTAS RELACIONADAS