Humanismo e inclusión, la nueva era de la educación

Por: Raúl Bonifaz @Bonifaz49

Toda innovación y toda transformación implican dificultades, y la Nueva Escuela Mexicana no es ninguna excepción. Lo esencial del nuevo proyecto es generar un equilibrio consistente entre la calidad de los conocimientos y la inclusión de todos los mexicanos en el universo educacional. Se trata de una educación social en el sentido de integrar a los jóvenes y niños de todo el país y de construir una visión comprometida y acorde con los nuevos tiempos mexicanos.

Este equilibrio es urgente para hacer recular a quienes siempre han sostenido que la calidad educativa no es compatible con la inclusión de todos. La idea de la Nueva Escuela Mexicana se nutre de la visión de don José Vasconcelos, en el sentido de un recurso liberador, así como de la intención social de los tiempos cardenistas.

El legado vasconceliano es que la educación tenga una perspectiva humanista en el pleno sentido del término; y aquello que fue llamado socialista, en los días de Cárdenas y de Bassols, en realidad era la propuesta de un esquema social.

La Nueva Escuela Mexicana, impulsada por la Cuarta Transformación del país, busca una formación integral, que fortalezca las bases de una cultura inclusiva, de acuerdo con la conformación multicultural de nuestra historia y de nuestra geografía.

Sin embargo, este modelo promovido desde el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador y continuado en el de la presidenta Claudia Sheinbaum, también pone énfasis en los valores como la solidaridad y la transparencia en el transcurrir cotidiano.

Busca, en suma, que los mexicanos estemos en posibilidad de vivir y promover los cambios que el tiempo nos asigne en el marco pleno de las libertades sociales y, sobre todo, de las personas como entidades independientes.

En la NEM se busca que haya un esfuerzo compartido. Se trata de involucrar a los mexicanos protagónicos en la tarea de definir el contenido y la forma de la enseñanza, pero también en el esfuerzo y la responsabilidad de las decisiones. La comunidad ha comenzado a ser parte más activa de la educación con programas como “la escuela es nuestra”; sin embargo, también se hará responsable de la transparencia en el manejo de los recursos.

Ciertamente, no podemos vivir sin una formación teórica mínima. No podemos crecer como ciudadanos ni como comunidad humana. Sin embargo, la educación de la NEM debe apuntar a las necesidades prácticas de los mexicanos. El proceso educativo debe buscar y activar soluciones para los temas de todos los días y una de estas necesidades es el cuidado compartido del medio ambiente.

En la NEM, los niños de todo nuestro territorio han fortalecido sus nociones respecto a nuestro escenario biológico y han comenzado a entender que tenemos una sola tierra y que, por eso mismo, es urgente fortalecer los cuidados para conservarla.

Por supuesto, cambiar nuestra orientación y nuestras modalidades educativas siempre va a traernos dificultades. En materia educacional, los caminos siempre implican obstáculos que son verdaderos desafíos.  Por eso mismo, es necesario pensar nuestra educación y, por supuesto, involucrarnos en ella. La NEM debe ser una invitación a pensar libremente sobre el tema y a comprometerse con sus realizaciones

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