Cerca de 20.000 fieles presentaron sus respetos al Papa Francisco durante las primeras horas de la capilla ardiente instalada en la basílica de San Pedro, donde el pontífice permanecerá expuesto por tres días antes de su funeral.
El primer Papa latinoamericano yace en un sencillo ataúd abierto, bajo el majestuoso baldaquino barroco de la basílica vaticana. Vestido con una casulla roja y su inseparable rosario entre las manos, su cuerpo no fue colocado sobre un catafalco, como era tradición con sus predecesores, siguiendo su deseo de mantener un estilo austero.
Francisco falleció el lunes por la mañana, un día después de ofrecer su bendición “urbi et orbi” con motivo del Domingo de Resurrección, en lo que fue su última aparición pública. El Vaticano informó que 19.430 personas acudieron a la capilla ardiente entre las 11:00 y las 19:30 horas locales.
Conocido como el papa “del fin del mundo”, Francisco lideró la Iglesia católica desde 2013 con un estilo cercano y reformista que generó tanto admiración como críticas, especialmente entre los sectores más conservadores.
Entre 150 y 170 delegaciones internacionales confirmaron su asistencia al funeral, que se celebrará este sábado. Entre los asistentes destacan el presidente estadounidense Donald Trump, el argentino Javier Milei, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Daniel Noboa, el francés Emmanuel Macron, el rey Felipe VI de España y el secretario general de la ONU, António Guterres.
“Con él podíamos hablar de cualquier cosa”, recordó la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, durante un homenaje en el Parlamento.
Mientras miles continúan llegando para despedirse, el legado de Francisco como un pontífice cercano y comprometido con los más necesitados sigue resonando en el corazón de los fieles.