Los 133 cardenales electores ya se encuentran en Roma para participar en el cónclave que definirá el futuro de la Iglesia Católica y su liderazgo ante 1.4 millones de fieles. A partir del miércoles, los llamados “príncipes de la Iglesia” se encerrarán en la Capilla Sixtina hasta elegir al nuevo pontífice en una votación sin candidatos definidos.
El perfil del próximo papa sigue siendo una incógnita: ¿será progresista, conservador o dogmático? Si bien no se espera una figura revolucionaria como la del argentino Jorge Bergoglio —quien impulsó reformas centradas en los pobres y las periferias del mundo—, los cardenales coinciden en la necesidad de un líder cercano a la realidad de la gente.
En las reuniones previas al cónclave, celebradas casi a diario desde la muerte de Francisco hace dos semanas, los purpurados han debatido las prioridades de la Iglesia. “Debe ser un pastor presente, cercano, capaz de ser puente y guía para una humanidad desorientada”, señaló la minuta de este lunes.
Este será el cónclave más internacional de la historia, con representantes de 70 países. Muchos de los cardenales votantes fueron creados por el propio Francisco y provienen de regiones tradicionalmente marginadas por Roma, como África, Asia y América Latina.
“Lo que hago es mirar, escuchar, ver gente que viene de Mongolia, que trabaja en la Curia, que está con los más pobres en América Latina, en África. Es muy bonito”, compartió con periodistas el cardenal chileno Fernando Chomalí.