La nueva era del cine

Por: Luis Humberto Fernández @LuisH_Fernandez

La semana pasada visitaron Querétaro el actor Luke Wilson y el productor Maurice Fadida, con el objetivo de explorar la posibilidad de desarrollar nuevos proyectos cinematográficos en México.

Esta iniciativa surge como respuesta a los crecientes costos de producción en Estados Unidos, agravados por los aranceles impuestos durante el gobierno de Donald Trump. Su visita coincide con una de las transformaciones más profundas que ha vivido la industria del cine, comparable con el paso del cine mudo al sonoro o de la televisión en blanco y negro a la de color.

Esta nueva era ha generado un cambio radical en el modelo de negocio: pasamos del cine tradicional, centrado en la venta de boletos y la experiencia en salas -¿quién no tuvo una primera cita en el cine?- a un modelo basado en mantener suscripciones a las plataformas digitales. Servicios como Netflix, Amazon Prime Video, Max y Disney+ han transformado los patrones de consumo, financiamiento y distribución.

Este cambio encuentra dos grandes detonadores. El primero es la pandemia de Covid-19 que provocó una caída global de hasta el 80% en la venta de boletos, el cierre permanente de miles de salas de cine y una disminución del público presencial de la que la industria aún no se recupera por completo.

Por otro lado, está el consumo de streaming, que se ha disparado en los últimos años. En Estados Unidos, una persona promedio dedica alrededor de 3 horas diarias a ver contenido en estas plataformas, lo que equivale a más de mil horas anuales. Si a esto se suman las redes sociales, el número supera las 2 mil horas al año de ocio digital.

Un hecho clave en esta transformación fue cuando Maurice Fadida produjo “El juicio de los 7 de Chicago”, en la que por primera vez se cambió completamente el modelo y un gran estudio pasó a una plataforma digital, lo que antes era considerado como un fracaso.

En este caso fue un gran éxito en audiencia y crítica y logró la nominación a seis premios Oscar y ganó por primera vez, como producción de Netflix, el Globo de Oro al Mejor Guion. Este fue el día cero de la nueva era del cine.

Este movimiento se va a materializar en grandes oportunidades. Netflix anunció hace unos meses una inversión de mil millones de dólares en el país para los próximos cuatro años, lo que incluye producciones locales y desarrollo de infraestructura.

La revolución en el entretenimiento planteará una competencia brutal entre países. La ecuación es necesaria para cualquier economía: inversiones gigantescas, no se requieren grandes volúmenes de agua, no contamina, tiene un impacto cultural y fomenta la innovación y la creatividad.

México tiene todo para ser líder en la industria, con un gobierno estable y con visión, personal comprometido y competente, las mejores locaciones, valores culturales y facilidades logísticas que nos deben posicionar como la mejor opción para el desarrollo de contenidos para el cine y la televisión, de estudios y plataformas.

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