Los gobiernos de México y Estados Unidos establecieron acciones para cumplir los compromisos del Tratado de Aguas Internacionales de 1944 y mitigar el potencial faltante en las entregas de agua hacia el final del ciclo vigente, que concluirá en octubre de 2025.
El acuerdo se basa en estudios técnicos que aseguran el abastecimiento para consumo humano y el uso agrícola. Se prevé asignar entre 400 y 518 millones de metros cúbicos (Mm³) de agua a EE.UU. en el periodo mayo-octubre, dependiendo de las precipitaciones. Las fuentes de suministro incluyen la Presa Internacional La Amistad, seis tributarios mexicanos del río Bravo, el río San Juan de manera extraordinaria y la Presa Luis L. León.
Además, se implementará un seguimiento anual de la cuenca a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), con el objetivo de mejorar el cumplimiento del tratado en futuros ciclos.
Las medidas actuales buscan evitar un faltante histórico en las entregas de agua del río Bravo y garantizar el abastecimiento a poblaciones fronterizas mexicanas. A diferencia de ciclos anteriores, las acciones son menores en volumen y ajustadas para equilibrar necesidades agrícolas y urbanas sin comprometer el consumo humano.