En el discurso inaugural del sexenio de la presidenta Claudia Sheinbaum se pueden destacar algunos puntos que son esenciales en la agenda de los mexicanos de ahora y del futuro inmediato. La nueva mandataria del país no convirtió su narrativa en un juego para el espectáculo, sino que planteó sus intenciones de gobierno de manera mesurada. Esta modalidad es la que nuestro país necesita para evitar las polarizaciones que siempre son una amenaza. En mi opinión, estos son los temas por destacar:
Uno. El compromiso de mantener y fortalecer un gobierno que atienda de manera urgente a las desigualdades en la sociedad mexicana. Esta propuesta se apuntala desde las intenciones de un manejo republicano de los recursos, hasta la continuidad y el incremento de los programas sociales que, hoy por hoy, constituyen un camino para aminorar las desigualdades. La permanencia de los precios en los bienes estratégicos, el incremento real de los salarios y la creación de empleos cada vez más dignos forman parte de la propuesta de equidad que se mantiene.
Dos. Crear un ambiente para que la relocalización de las inversiones, generada por los cambios económicos globales, sea en beneficio de los mexicanos. Este reordenamiento económico constituye una de las potencialidades más viables el día de hoy, siempre y cuando el gobierno mexicano tenga una visión de conjunto y, por lo visto en el discurso presidencial, esa visión estratégica existe. Así lo indica la reiteración de dar garantías a las inversiones. Lo mismo se indica con mantener la autonomía del Banco de México.
Tres. Fortalecer la presencia mexicana en la región norte del continente, a través del TMEC. La situación actual va a complicarse, dado que los dos candidatos presidenciales en Estados Unidos son de hecho adversarios a vencer. Donald Trump ha sido un enemigo del tratado y exige su revisión para mantener privilegios en el comercio regional. En cuanto a Kamala Harris, hay algunas dudas, porque ella, cuando se votó por la creación o no del Tratado de Libre Comercio en los años 90, se expresó en contra. En los días recientes, la candidata demócrata ha manifestado sus intenciones de hacer una revisión a fondo del TMEC, porque ella supone que este acuerdo conlleva perjuicios laborales, productivos y fiscales para su país. Por eso mismo, es urgente un posicionamiento enérgico del gobierno mexicano y, por supuesto, que la postura a sostener cuente con el apoyo de la ciudadanía nacional.
Cuatro. Construir y fortalecer un modelo de desarrollo menos contrapuesto con el medio ambiente. Aquí el tratamiento del problema que nos adelantó la Presidenta fue un diseño basado en el conocimiento de lo que sucede. Para la Presidenta, no se puede continuar por el camino de la destrucción de nuestro entorno biológico. Su apuesta es por las energías limpias renovables. Esta es la conclusión que se percibe con los planes de energía solar y de otras con fuentes distintas, pero de clara coexistencia con el medio ambiente. Es importante el señalamiento en el sentido de que el tratamiento a las empresas que ya producen energías limpias será de estímulo y respeto.
Cinco. Finalmente, en este breve recuento, tenemos el tema central del discurso del 1º de octubre. Es el que se refiere a la libertad que debe mantenerse y fortalecerse en el país. No hay democracia sin libertad ni libertad sin la intención de mantenerla, darle mayores sustentos y, sobre todo, de la voluntad de ejercerla de manera republicana. El compromiso central de Claudia Sheinbaum es claro: el México de libertades para todos.
