El sábado, el Parlamento iraquí aprobó una ley que impone duras penas de cárcel, llegando hasta los 15 años, para los actos homosexuales. Esta decisión ha sido ampliamente denunciada por organizaciones no gubernamentales como un severo ataque a los derechos humanos en el país.
La votación, con una mayoría de 170 votos a favor de un total de 329 escaños, se centró en enmiendas a una ley contra la prostitución que data de 1988. Estas enmiendas también abordan la criminalización de las personas transgénero.
Inicialmente, un borrador de la ley contemplaba la pena de muerte para las relaciones entre personas del mismo sexo, una propuesta que fue duramente criticada por activistas LGBTQ como una escalada peligrosa en un país donde esta comunidad ya enfrenta discriminación y ataques.
Las nuevas enmiendas estipulan penas de entre 10 y 15 años de prisión por mantener relaciones sexuales homosexuales, según lo documAdemás, se establece un castigo mínimo de siete años tras las rejas por “promover” la homosexualidad, y de uno a tres años para hombres que se comporten “intencionalmente” como mujeres.
Estas modificaciones también criminalizan el “cambio de sexo biológico basado en el deseo”, imponiendo hasta tres años de prisión para las personas transgénero y los médicos que participen en cirugías de reasignación de sexo.