El pasado 5 de febrero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió a la Cámara de Diputados un paquete de 18 reformas constitucionales y dos legales, centradas en la libertad, la justicia, la democracia y el bienestar de los mexicanos en la Constitución. Entre estas reformas, destaca una iniciativa que busca asegurar que el aumento de los salarios mínimos no sea menor a la inflación anual. Esta medida, parte de una política integral para mejorar las condiciones laborales en México, merece un análisis detenido y una apreciación objetiva.
La propuesta del Presidente López Obrador tiene como objetivo fundamental mejorar las condiciones laborales de los trabajadores mexicanos a través de salarios dignos. Desde el inicio de su administración, se ha comprometido a promover y consolidar esta política como un eje fundamental del desarrollo económico. En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, se establece claramente la importancia de impulsar la reactivación económica, el mercado interno y el empleo mediante una política de recuperación salarial y una estrategia de empleos productivos, permanentes y bien remunerados.
Durante la presente administración, el Gobierno de México ha implementado una nueva política de aumentos al salario mínimo, logrando un crecimiento de más del 100% en términos reales. Esto representa un cambio significativo respecto a décadas pasadas, donde los salarios mínimos se mantuvieron por debajo de la inflación, perdiendo constantemente su poder adquisitivo y dejando a millones de trabajadores en una situación precaria.
En los últimos cinco años, los incrementos en los salarios mínimos han sido sin precedentes. Según cifras de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), nunca antes en 36 años se habían registrado aumentos tan significativos. Este es un paso crucial para corregir las injusticias del pasado y garantizar condiciones laborales más equitativas y justas para todos los trabajadores mexicanos.
La política salarial neoliberal de décadas anteriores privilegiaba el control de los precios y un bajo costo de la mano de obra, lo que resultó en incrementos salariales por debajo de la inflación y una constante pérdida del poder adquisitivo. Esto condujo a una creciente precarización del trabajo y un aumento en la pobreza laboral en el país. Durante este periodo, México pasó de tener uno de los salarios mínimos más altos en América Latina a uno de los más bajos, tanto a nivel regional como mundial.
La nueva política de salarios mínimos implementada por el Gobierno de México ha consistido en propuestas de incrementos sustanciales, graduales, responsables y consensuados. Estos aumentos nunca han estado por debajo de la inflación, lo que garantiza que no haya una pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. Los resultados de esta política son evidentes: millones de personas han salido de la pobreza, y el salario mínimo actual supera en casi 1.7 veces la Línea de Pobreza por Ingresos Urbana (LPIU) establecida por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Es importante destacar que los aumentos salariales no han tenido efectos adversos en el empleo o la inflación, según estudios recientes realizados por la Conasami. Por el contrario, se ha observado un aumento en el empleo y una inflación moderada como resultado de estos incrementos. Esto sugiere que los aumentos a los salarios mínimos deben mantenerse, aunque moderando el ritmo en comparación con años anteriores, para garantizar que nunca más se ubiquen por debajo de la inflación y se evite una nueva pérdida de su poder adquisitivo.
La iniciativa de reforma constitucional propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador para garantizar que el aumento de los salarios mínimos no sea menor a la inflación anual es un paso importante hacia la construcción de un futuro con salarios dignos para todos los trabajadores mexicanos. Esta medida, junto con otras políticas implementadas por la actual administración, está contribuyendo a mejorar la calidad de vida de millones de personas y a cerrar las brechas de desigualdad en el país. Es crucial que esta iniciativa sea apoyada y promovida para asegurar un futuro más justo y próspero para México y su gente. Eso pienso yo, ¿usted que opina? La política es de bronce.