Primera pregunta: ¿Quién ganó el debate a la jefatura de gobierno de la CDMX, Clara Brugada, Mauricio Taboada o Salomón Chertorivski? La segunda: ¿Qué impactos tendrá el debate en las tendencias electorales?
Obvio, cada partido defenderá el triunfo de su candidato o candidata. ¡Faltaba más! Los debates son, como los clavados, una disciplina de apreciación. Pero más allá de los apasionamientos, de las activaciones en redes sociales y de las felicitaciones de los suyos. Así como de las diversas mesas de análisis, que por lo general son extensiones de los debates, deben considerarse varios aspectos.
Este debate, el primero de tres, tenía una particularidad: Clara Brugada llegó bajo fuego de metralla.
La oposición corrió la especie de que el equipo de Brugada era un desastre y que vivián en el conflicto permanente. Que la campaña iba mal, porque las tendencias electorales acusaban ya el voto de castigo de las clases medias a Andrés Manuel López Obrador y la herencia negativa del gobierno de Claudia Sheinbaum, todo esto aderezado por las afirmaciones del presidente de la república en el sentido de que, palabras más, palabras menos, la CDMX se había empanizado.
Con estos antecedentes, Santiago Taboada estaba obligado a noquear a Clara Brugada en el primer debate para que impactara en las tendencias electorales en los días siguientes. No lo hizo.
¡De Iztapalapa para el mundo! como dicen los Ángeles Azules, orgullo de esta alcaldía, Clara Brugada se vio y se escuchó bien en el debate. Como su nombre lo dice, fue clara en los planteamientos y robusta en los argumentos. Demostró reflejos en las réplicas y contra réplicas de sus oponentes. No es un personaje nacional, pero demostró que conoce a la Ciudad y tiene un proyecto para gobernarla.
Santiago Taboada se preparó para el debate, ni duda cabe que es un chico listo y estudioso, pero él y sus asesores equivocaron el enfoque. Seguro ensayó las frases de sus tarjetas y el énfasis de frases fuerza, como les dicen, conoce su alcaldía y la ciudad, pero olvidaron lo más importante: la ciudadanía chilanga no vota por un buen administrador o jefe de proyecto; vota por un líder. Tenía que hablarle no únicamente a la ciudadanía capitalina, sino a la oposición nacional a López Obrador.
Santiago Taboada desaprovechó la oportunidad para entusiasmar a la militancia de los partidos que lo postulan. Dejó ir el momento para que la oposición social, la que ya llenó el Zócalo en tres ocasiones, viera en él a la persona que puede poner un dique a la continuidad de la Cuarta Transformación en la capital. ¡Lástima, Margarito! Habrá dos debates más, pero su momento se le fue entre las manos.
Salomón Chertorivski no tenía nada que perder y así se comportó. Hasta mandó saludos a su hija y llevó palomitas para ver mejor el agarrón entre la candidata de Morena y el candidato del PAN. Con las semanas veremos si su desempeño en el debate le redituó alguna ganancia en las tendencias electorales o es un simple espectador que come palomitas.
Fue un acierto de las autoridades electorales capitalinas el formato del debate: mesa redonda y sentados, mejor que la soledad del atril. La hora y media que duro el ejercicio, no fue un largo promocional de los aspirantes, sino un intercambio de ideas, ataques y respuestas. Ojalá, el INE retome esta experiencia para que el debate presidencial sea similar. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.