Hace unos días, el presidente López Obrador anunció una serie de reformas, entre las que destacan universalizar las becas a estudiantes de familias de escasos recursos; que la pensión a adultos mayores sea un derecho; el aumento al salario mínimo por arriba de la inflación; salario mínimo para maestras y maestros, entre otras.
Lo importante de esto es que, de aprobarse, constituirá un pilar fundamental de un Estado social y de derecho, lo cual resulta de la máxima conveniencia en un país que se ha caracterizado a lo largo de toda su historia por la inequidad, la concentración de poder y de riqueza.
Con estas reformas, se avanza en la construcción de un andamiaje de equidad, de la desarticulación de mecanismos de dominación que buscan acotar al Estado, y en revertir los daños causados por el periodo neoliberal, con lo que se beneficiará, sobre todo, a quienes más lo necesitan.
El tema medular es generar condiciones para el crecimiento económico a través del principal activo de México, que es su gente, pero también de una distribución más justa y equitativa de la riqueza.
Los datos son contundentes sobre la necesidad de una reforma de esta naturaleza. Por ejemplo, en México existían 55 millones de pobres hasta hace unos años, y gracias al trabajo del presidente López Obrador, 9 millones de personas dejaron de estar en condiciones de pobreza. Con estos resultados y las nuevas reformas, México podría pasar de ser un país caracterizado por la exclusión, a una nación predominantemente de clase media.
Este paquete ha sido particularmente generoso con la educación. De aprobarse, México sería el único país en todo el mundo en otorgar becas a estudiantes desde preescolar hasta la universidad; y si a esto le sumamos las becas que se dan a los alumnos de la Ciudad de México y que ya están en la constitución local, logran un resultado único a nivel mundial.
Otro tema que preocupa a los trabajadores, pero especialmente a maestras y maestros, es el de las pensiones. Con la iniciativa del Presidente, México tendría las mejores pensiones a nivel global, logrando un 100% al igual que su último salario y superando a países como Polonia y Japón que tienen una pensión del 40%, de acuerdo a la OCDE en su informe Pensions at a Glance 2023. Significa también una mejora sustantiva a los ingresos, ya que todos los maestros tendrían un salario mínimo, así como una vivienda social.
Otro tema fundamental es la democracia participativa, la cual no se limita a las elecciones, sino que se vuelve una práctica cotidiana donde el pueblo verdaderamente tiene el poder.
Todas estas reformas tienen sentido en un país donde el poder adquisitivo se redujo hasta un 11% en las administraciones pasadas, pero que ahora, gracias al presidente López Obrador, se ha aumentado 6 veces el salario mínimo, lo que significa que el poder adquisitivo ha aumentado hasta un 110% en comparación con el 2018.
Lo fundamental es que estas reformas se están planteando a partir de un gobierno austero y sin ir de la mano con una reforma fiscal, es decir, no se aumentarán los impuestos, se hará con los ingresos actuales, y la idea es que se conviertan en derechos constitucionales con una visión centrada en el humanismo, patriotismo y amor al pueblo. Es posible que no se logre la mayoría en este proceso para consolidar todas, pero las que se aprueben, serán suficientes y buenas para ayudar a crear un México más justo, más digno y democrático.