El inesperado empate entre el presidente ecuatoriano Daniel Noboa y la candidata izquierdista, Luisa González en las elecciones del domingo intensificaron la contienda por la presidencia del país. Con un Ecuador dividido y golpeado por la violencia del narcotráfico, la segunda vuelta que se llevará a cabo el 13 de abril será decisivo para el futuro del país.
Con el 93% de los votos escrutados, Noboa lidera con el 44,26%, seguido muy de cerca por González con el 43,84%, una diferencia mínima que confirma una segunda vuelta altamente disputada. Mientras tanto, el líder indígena Leonidas Iza se posicionó en tercer lugar con un 5,30% de los sufragios.
La contienda electoral se desarrolla en un contexto de crisis económica y creciente violencia criminal, con bandas del narcotráfico disputándose el control territorial. La incertidumbre política y social ha sido un factor determinante en estas elecciones, marcadas por el temor y el anhelo de cambios estructurales.
Noboa, quien en 2023 se convirtió en uno de los presidentes más jóvenes del mundo, celebró su desempeño en la primera vuelta y destacó su enfrentamiento contra las viejas estructuras políticas del país. “Ganamos la primera vuelta contra todos los partidos del Viejo Ecuador”, declaró el mandatario de 37 años tras mantener el silencio durante la jornada electoral.
Por su parte, Luisa González, quien reconoce un “empate técnico”, aseguró que esta elección ha sido “una pelea de David contra Goliat”, haciendo referencia a las dificultades que ha enfrentado su candidatura.
Ecuador enfrenta una grave crisis financiera con un Estado endeudado y altos índices de pobreza, que alcanzan el 28% de la población. Además, la lucha contra el narcotráfico ha representado un reto constante para el actual gobierno. En 2023, el país registró un récord de 47 homicidios por cada 100.000 habitantes, cifra que, según datos oficiales, ha disminuido a 38 tras 14 meses de gestión de Noboa.
