A unos días de finalizar la LXV Legislatura, quiero expresar el enorme honor y privilegio que ha sido formar parte del grupo de diputadas y diputados federales que ha acompañado al Presidente Andrés Manuel López Obrador en la construcción del andamiaje legal de la Cuarta Transformación.
Esta Legislatura pasará a la historia como la de la Paridad, la Inclusión y la Diversidad, al ser la primera con una paridad de género total -251 diputadas y 249 diputados- y contar con una importante representación de la población trans y de la comunidad LGBTTTI en su conformación.
Lo dije y lo reitero, es un honor ser legislador en tiempos de la Cuarta Transformación, que no es solo un proyecto político, sino un compromiso serio para tratar de saldar la deuda histórica con las y los mexicanos más necesitados, reducir la brecha de desigualdad, así como orientar los programas y políticas públicas hacia la construcción de un país justo, incluyente y equitativo.
Es difícil resumir las actividades realizadas durante la LXV Legislatura; sin embargo, hubo algunos temas significativos en materia electoral, energética, judicial, de salud y bienestar, derechos humanos y acceso de las mujeres a una vida libre de violencia.
Haber servido a mi país y al pueblo de México desde la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados fue uno de los encargos que asumí con orgullo, seriedad y profesionalismo. Hoy estoy más convencido de que la transformación nacional es posible con reformas que persigan el bienestar de la ciudadanía y el desarrollo del país.
Mi intención siempre fue conducir las sesiones del pleno de la Cámara bajo principios de imparcialidad, respeto y equidad para las y los diputados de las diversas fracciones.
En el trabajo cotidiano de esta Legislatura, jamás claudicamos en el afán de construir acuerdos. Se propició el debate y el diálogo respetuoso para alcanzar el objetivo: beneficiar a la ciudadanía al aprobar reformas a las leyes que nos rigen.
No hay que olvidar que el deber primordial de las y los diputados es el de legislar, independientemente de cualquier ideología o interés partidista, porque su voz representa a miles de ciudadanos que confiaron en ellos con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de la población, porque la encomienda es construir un país más justo, incluyente y próspero.
