Dicen que el respeto al partido ajeno es la paz, pero los partidos políticos, al fin y al cabo, son instituciones de interés público, que reciben recursos del erario y tiempos oficiales del Estado mexicano, por lo cual resulta imposible no destinar unas líneas al triste, patético, espectáculo en la carpa priísta, en donde Alejandro Moreno, el terrible Alito, prepara la cama para perpetuarse en el poder en las ruinas priístas hasta el 2032.
El gran sociólogo alemán, Max Weber escribió que “el político vive para la política, no de la política.” En México, muchas políticas y políticos viven, y viven muy bien, de la política. Alito Moreno es uno de los casos más ilustrativos y desgarradores de la degradación del noble oficio de que Weber nos hablaba.
Chango viejo no aprende nueva suerte. El comportamiento de Alito no sorprende a nadie. Digamos que este tipo de acciones y más, están en su naturaleza donde predomina el agandalle. Lo que provoca que levantemos las cejas es la pasividad de priístas que en otros tiempos mostraron carácter. Está claro lo que Alito y los suyos intentarán el fin de semana, para seguir manejando los restos del PRI a su antojo, falta saber qué harán Enrique de la Madrid, muy activo en medios y redes sociales; Manlio Fabio Beltrones, a partir de septiembre en su escaño del Senado; Beatriz Paredes y otros personajes priístas. Como se ven las cosas, lo más probable es que no hagan nada, que naden de muertitos y terminen sus vidas políticas en el mar de la irrelevancia.
Hasta mi edad adulta había dos certezas, que el Sol salía todas las mañanas y que el PRI ganaba las elecciones. Material para los nostálgicos del poder y de los tiempos del partido único. Quien iba a decir que Alito Moreno sería el enterrador del PRI, el otrora partido hegemónico, la gran maquinaria electoral que por 70 años dominó la vida política del país.
En 2018, el PRI perdió la Presidencia de la República, en 2024, después de su alianza con el PAN y el PRD, se convirtió en un partido testimonial, aunque aún conserva las gubernaturas de Coahuila y de Durango.
El futuro del PRI de la mano de Alito es gris como los cielos de estos días de tormenta. Quizá conserve el registro en las elecciones de 2027 y 2030, pero se encamina a su extinción. ¿Habrá un priísta digno que dé la cara por su partido? Oscuridad y silencio total.
Lo importante para el país y para la democracia es que la diáspora priísta no prospere en otros partidos y proyectos políticos. Para decirlo claro, hablo de que personajes priístas de reciente llegada a Morena no hagan de las suyas; tampoco que en Morena se instalen prácticas y mañas priístas. Eso pienso yo, ¿usted que opina? La política es de bronce.
Ya se supo…
En la mañanera del miércoles, Pablo Gómez dijo tres cosas que hay que señalar. Primero, que Carlos Loret de Mola, ni sus familiares, están siendo investigados por la UIF, con lo que se pone fin a las especulaciones. Segundo, que los dueños de Latinus enfrentan una investigación desde 2021. Tercero, de manera personal, Gómez dijo que como parte de la generación del 68 no tiene nada de que avergonzarse.
