El presidente de Bolivia, Luis Arce, juramentó a una nueva cúpula militar tras un fallido intento de golpe de Estado liderado por el general del ejército boliviano, Juan José Zúñiga. Este miércoles, Zúñiga se sublevó contra el gobierno, declarando que las Fuerzas Armadas pretenden “reestructurar la democracia” en el país y exigiendo la liberación de opositores presos.
“Las Fuerzas Armadas pretenden reestructurar la democracia, que sea una verdadera democracia. No de unos cuantos, no de unos dueños que ya tienen 30, 40 años manejando el país”, manifestó el destituido comandante del ejército en las afueras de la sede presidencial, rodeado de soldados y unas ocho tanquetas militares.
En respuesta a estos acontecimientos, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, convocó de urgencia a los presidentes de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para condenar lo que calificó como un ataque fascista contra la democracia en Bolivia y exigir el respeto pleno al poder civil y a la Constitución. “Las fuerzas militares han asestado nuevamente un criminal golpe de Estado. Expresamos nuestro apoyo incondicional al hermano pueblo de Bolivia, al presidente y al pueblo”, afirmó Castro.
El gobierno de Luis Arce subrayó su compromiso con la estabilidad y la democracia en Bolivia, reafirmando que no cederá ante presiones militares que buscan desestabilizar el país. La juramentación de la nueva cúpula militar busca restaurar el orden y garantizar la lealtad de las Fuerzas Armadas al gobierno legítimamente constituido.
