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21 de noviembre de 2024

La izquierda hoy: la continuidad con Claudia Sheinbaum

Por: Raúl Bonifaz @Bonifaz49

Hace ya varias décadas, justamente en tiempos marcados con la caída del Muro de Berlín, se escribieron varios epitafios relacionados con el socialismo y, por supuesto, con el pensamiento o las acciones de izquierda, que no es lo mismo ni mucho menos. El epitafio no solamente se refería al pensamiento de los socialistas, sino también a la historia de los seres humanos. Las ideas políticas, como parte de esa historia habían quedado atrás.
En realidad, el colapso del llamado “socialismo realmente existente” fue un golpe para el pensamiento progresista en general. Las propuestas de una mayor participación del gobierno pasaron a ser el objeto de todas las culpas de los males que afectaban al mundo occidental. El mercado volvió a ser la panacea y parecía ser que el dinero recuperaba su estatuto de deidad, otra vez triunfante. Los cuestionamientos a la realidad del mercado eran vistas como simples nostalgias por el estalinismo o la “dictadura del proletariado”, con todas sus implicaciones.
Hacia finales del siglo XX, con la nueva ola de la democracia, el pensamiento progresista volvió a tener presencia en el mundo. Por supuesto, ser socialista, ser de izquierda hoy, es pensar lejos de los falansterios del socialismo utópico o de los campos de concentración estalinianos. Ser de izquierda hoy es sentir y fortalecer la vocación por la justicia social dentro de la democracia sustantiva. Es decir, de una democracia que se convierta en el camino, dentro de las libertades, para elevar equitativamente los niveles de vida.
Ser de izquierda hoy es mantener y fortalecer la propuesta de justicia social en el nuevo escenario de los seres humanos. El pensamiento progresista no se concibe en un marco de autoritarismo ni de antidemocracia. El pensamiento de izquierda hoy solamente crece dentro de las libertades compartidas. En ese modelo político se inscribe nuestra presidenta electa, Claudia Sheinbaum: una izquierda moderna sin lugar a duda.
En México, la izquierda llegó al poder presidencial con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto ha sido sencillo: convertir al poder político en un instrumento para construir un país más equitativo, teniendo al gobierno como protagonista principal. Los instrumentos son el esquema fiscal y el gasto público con orientaciones progresivas. Es decir, apoyar con más a los que tienen menos.
Los mexicanos, en su mayoría determinada y determinante, eligieron la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación. Esto es la continuidad de los propósitos centrales y las modificaciones en la forma que son determinadas por el tiempo. Recordemos que uno de los ejes del pensamiento de izquierda es que toda realidad está sujeta al cambio permanente y así son las sociedades. Por eso el cambio debe adecuarse y esa adecuación va a exigir esfuerzos a todos los ciudadanos de nuestra República. Sobre todo, un esfuerzo para la unidad.
La doctora Sheinbaum reúne las condiciones adecuadas para gobernar en nuestro país. Su formación académica es de excelencia y su experiencia política y administrativa son de primer orden. Conoce los movimientos sociales y no le es ajena la indignación ante las injusticias que nos ha dejado un modelo social y económico inhumano. Su formación científica seguramente le asignará un lugar destacado a nivel mundial a la hora de un acuerdo de las naciones para aprovechar las últimas oportunidades que el planeta dará a los seres humanos. Cuidar a nuestro mundo es un asunto de vida o de extinción de la especie humana y, en ese orden, los mexicanos debemos acompañar a nuestra presidenta de la República. Acompañémosla también en la búsqueda de una mayor equidad social en nuestra Nación.

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