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21 de noviembre de 2024

Adiós al PRD

Por: Onel Ortiz @onelortiz

Preguntan mi opinión de la desaparición del PRD como partido político nacional. Les podría contestar que: el respeto al partido ajeno es la paz. 

Comparto mi carta de renuncia al PRD, entregada en 2017 a la entonces presidenta nacional, Alejandra Barrales, porque en esencia, en ese momento y ahora, expresan mi opinión y sentir respecto al PRD y los perredistas: 

Ciudad de México 4 de septiembre de 2017

Alejandra Barrales Magdaleno

Presidenta Nacional 

Partido de la Revolución Democrática (PRD)

Presente:

Presidenta, el domingo 3 de septiembre, el Consejo Nacional del PRD aprobó la alianza de nuestro partido con el PAN bajo la fachada de la convocatoria a la construcción del Frente Amplio Democrático (FAD). Se trata de una decisión inaceptable.  A partir de este momento, la formación del llamado FAD no dependerá del PRD, si no de lo que ocurra en el proceso de selección del candidato presidencial panista o en el grado de influencia que el Gobierno Federal o los dirigentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ejerzan sobre los líderes de las corrientes de nuestro partido. Con su voto de este fin de semana, las corrientes que controlan el Consejo Nacional decidieron que el PRD  se convierta en una comparsa del PAN. 

Esta decisión no es casual, es el más reciente eslabón de una serie de decisiones de la dirección nacional que tiene por objetivo eliminar el carácter de oposición y de izquierda de nuestro partido. Lo han orientado hacia el colaboracionismo con la derecha y con el gobierno.  Lo más grave,  han permitido que la corrupción se instale como una forma de hacer política dentro del PRD. No se trata de una decisión circunstancial, sino de un plan mediante el cual paulatinamente a la disidencia interna se le ha  suspendido sus derechos partidarios o se les hostiga para irse, de esta manera la participación en el PRD está cerrada para  los militantes que discrepamos de la nueva línea política recién aprobada.

Cuando participé, con muchos otros compañeros, en la campaña del Frente Democrático Nacional (FDN) y después en la fundación del PRD, teníamos como propósito construir un partido que  fuera una herramienta útil a la sociedad y que le disputara la conducción de la República al PRI  por medio del voto ciudadano. Con pesar constato, que nuestro partido ha dejado de ser esa herramienta útil para el cambio, para convertirse en una agrupación política al servicio de los dirigentes de las corrientes.

Es un orgullo haber sido fundador y militante del PRD. De colaborar desde mis limitados esfuerzos en las tres campañas presidenciales del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y en dos de Andrés Manuel López Obrador. En resistir a lado de muchos perredistas la represión y el hostigamiento del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, donde más de 500 compañeros perdieron la vida, por eso me dolió tanto el silencio y la posición titubeante de mi partido ante los desaparecidos de Ayotzinapa. Estoy orgulloso de haber sumado esfuerzos en las campañas, movilizaciones y éxodos de Tabasco, Guerrero y Michoacán, donde reiterada y sistemáticamente se nos negó el triunfo, mientras el Gobierno pactaba con el PAN. 

En 1996, apoyé la transición pactada hacia la democracia, que permitió que se nos reconociera el triunfo en la Ciudad de México y que se realizaran importantes campañas en Sonora, Campeche y Veracruz y que después, por medio de alianzas,  se lograron  los triunfos de  Zacatecas, Baja California Sur y Nayarit.   En las elecciones del año 2000, cuando Vicente Fox ganó la Presidencia de la República, me sentí satisfecho del papel de mi partido, porque sabía que en ese triunfo ajeno buena parte del mérito de la derrota del PRI le correspondía al PRD y a los perredistas.

En 2006, sin perder mi libertad de mantener mi posición crítica, participé en las largas jornadas de resistencia civil para evitar el desafuero y después para hacer valer el triunfo de nuestro candidato presidencial. 

Desde las brigadas universitarias,  como parte de los equipos de  las secretarías de Formación Política o de  Planeación, en la Secretaría General o en la Presidencia del Partido, puse mis mayores esfuerzos para la consolidación institucional. Así mismo, contribuí a la solidaridad  de mi partido con los movimientos sociales, como el plebiscito ciudadano de 1993, la Consulta Nacional sobre el FOBAPROA, el movimiento del EZLN o como el que usted alguna vez encabezó en defensa de sobrecargos y pilotos. Con satisfacción he colaborado en los grupos parlamentarios perredistas.  Siempre atento a las grandes batallas que los legisladores han dado en el Congreso. En suma, nunca he hecho más, pero tampoco menos de lo que correspondía a un militante de nuestro partido.

Desde el PRD,  participé en la formación y acciones de una corriente interna, como una vía para propiciar el debate y  favorecer los contrapesos a los liderazgos unipersonales.  Cuando éstas se convirtieron en el principal lastre de nuestra organización, propuse la desaparición de mi corriente, Nueva Izquierda y de todas las corrientes del partido. 

El PRD nació en crisis, no recuerdo un momento fácil en la vida partidaria. Las diferentes direcciones tomaron cientos, quizá miles de decisiones importantes para la vida nacional. Varias fueron enormes aciertos, en muchas otras erramos, sin embargo, pese a todos los  conflictos, el PRD siempre había mantenido su carácter de izquierda y siempre se había permitido la crítica interna. Desde 2012,  se instaló una ruta que nos lleva a este momento, en donde me resulta imposible seguir la línea política, aceptar las actitudes y solapar las prácticas que se han instalado en el partido; sin embargo, me siento optimista, porque percibo en la sociedad como en 1988, 1997 y 2000,  que viene un cambio fundamental que rebasará a los partidos y a los candidatos en el próximo proceso electoral.

Señora presidenta, por estas razones, presento ante usted mi renuncia como militante y le solicito instruya a la instancia correspondiente mi baja como afiliado del Partido de la Revolución Democrática, organización del cual fui fundador y cuya militancia ejercí con la dignidad que merecen sus colores, logotipo y lema, respeto a sus principios y a sus documentos básicos y camaradería con mis compañeros de partido.

¡Democracia ya, Patria para todos!

Onel Ortiz Fragoso

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