En las últimas semanas se han roto los récords de calor en México. En la Ciudad de México se alcanzó el máximo histórico de 34.3 grados a inicios de mayo, mientras que, en otras partes del país, como Ciudad Victoria, Tamaulipas, se registró una temperatura de 47.4 grados, similar a las temperaturas del Sahara Occidental; también es importante destacar el caso de Brasil, que ha registrado hasta 62 grados de sensación térmica, la temperatura más alta que se ha tenido en ese país. Por algo la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas confirmó que el 2024 será el año más caliente de la historia de la humanidad, y lo más probable es que cada año se rompa nuevamente el récord.
Esto es parte de un tema global que incluye muchas ondas de calor, constantes sequias, incendios forestales, apagones, radiación solar, deshielo de los polos y por lo mismo, el aumento del nivel del mar. Tan sólo, hace unos días, CNN reveló que el glaciar del Polo Sur, Thwaites, también conocido como el “Glaciar del fin del mundo”, se está derritiendo a un ritmo más rápido que el esperado, y que si bien se pronosticaba que con ello aumentaría 0.6 metros el nivel del mar, nuevos hallazgos confirman que aumentará hasta 3 metros, lo que significaría el fin de muchas ciudades costeras.
La realidad es que el tema no es meramente climático, el calor también tiene efectos negativos en las personas. De acuerdo con especialistas de la UNAM, el calor está relacionado directamente con la violencia, es decir, entre más calor exista, mayores conductas agresivas tendremos. Sumado a esto están las muertes causadas por golpe de calor que, de acuerdo con la ONU, en los últimos 20 años, han aumentado 30% en todo el mundo. Lo más caliente del verano está por venir. Si no se dieran fenómenos como el de la Niña, que históricamente ha traído lluvias abundantes, estaríamos enfrentando un riesgo importante a la viabilidad de muchas comunidades.
Todo esto ocurre en un ambiente electoral, lo que nos obliga a todas y todos los que contendemos a ser muy responsables. La cuestión electoral se resolverá en unos días, pero el tema climático no. Esto sin duda podría cambiar la ecuación política nacional. Frente a ello, se vuelven muy importantes las propuestas medio ambientales y del cuidado del agua, en particular, las de la Dra. Claudia Sheinbaum, quien está impulsando el Plan Nacional Hídrico para priorizar el agua para consumo humano. Y es importante recordar que la Dra. Sheinbaum es una científica y experta en cambio climático, que participó en el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), organización que en 2007 obtuvo el Premio Nobel de la Paz por sus contribuciones al medio ambiente. La propuesta de la Dra. Sheinbaum está en dos vertientes, una política basada en mucha responsabilidad y una técnica fruto de su experiencia académica. El calor y sus consecuencias deben ser el eje del debate público; sin embargo, los medios no lo han abordado. Hoy por hoy, la ola de calor puede ser la gran disrupción de la gobernabilidad y la economía.