La presidenta de Perú, Dina Boluarte, fue interrogada este miércoles por la fiscalía en relación con el caso conocido como “Rolexgate”, un escándalo de presunta corrupción que ha sacudido a su gobierno ya debilitado.
Esta es la segunda vez que Boluarte es citada a declarar desde que estalló el escándalo en marzo, relacionado con relojes de lujo Rolex y joyas que no fueron declarados en su lista de bienes.
Tras una hora de indagatoria, la mandataria abandonó la sede de la fiscalía en el centro de Lima sin hacer declaraciones.
A las afueras del edificio, custodiado por la policía, un grupo de manifestantes exigió su renuncia. “Esta sinvergüenza no puede quedarse hasta el 2026 (…). No podemos soportar este gobierno”, expresó María Maldonado, de 52 años, a la AFP.
La fiscalía investiga a Boluarte por presunto enriquecimiento ilícito y omisión de bienes en documentos. También se indaga si incurrió en “cohecho pasivo impropio”, un delito que implica recibir beneficios indebidos por parte de funcionarios.
El jefe de gabinete, Gustavo Adrianzén, comentó tras la diligencia judicial: “No tenemos nada que ocultar y estaremos cuantas veces sea necesario compareciendo ante el Ministerio Público, brindando declaraciones cuando estas nos sean solicitadas”.