Estados Unidos y China anunciaron este lunes una pausa en su escalada comercial al acordar una suspensión de 90 días en la mayoría de los aranceles que ambos países se habían impuesto mutuamente en los últimos meses. La medida, resultado de dos días de negociaciones en Ginebra, busca aliviar las tensiones entre las dos mayores economías del mundo.
El conflicto comercial estalló en abril, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso una serie de aranceles dirigidos principalmente a productos chinos, lo que llevó a Pekín a responder con medidas de represalia. En el punto más álgido, Estados Unidos aplicó tarifas de hasta el 245% a ciertos bienes chinos, mientras que China impuso recargos del 125% a importaciones estadounidenses.
Sin embargo, tras las conversaciones en Suiza, ambos gobiernos acordaron una tregua que entrará en vigor “de aquí al 14 de mayo”. Durante este período, los productos chinos importados por Estados Unidos mantendrán un arancel del 30%, ya que Washington no eliminó una sobretasa del 20% establecida antes de abril. Por su parte, las exportaciones estadounidenses a China enfrentarán un gravamen del 10%.
La noticia fue bien recibida en los mercados internacionales, donde se espera que la desescalada reduzca la incertidumbre que ha afectado a inversionistas y empresas en ambos países.
