Uno de los hitos o cabañuelas de los gobiernos son los primeros 100 días de mandato, que se ha vuelto un símbolo de lo que será la nueva administración, con lo que se muestra la potencia pero, sobre todo, la claridad de la gobernante. Este mes, la Presidenta Claudia Sheinbaum cumplirá sus primeros 100 días al mando, por lo que se realizará un evento para informarle a la ciudadanía, las acciones que se han hecho en estos meses.
La estrategia del informe de los 100 días de los Presidentes y Presidentas no es nada nuevo. Es una tradición que fue iniciada hace muchos años en Estados Unidos como disuasor de emergencias nacionales. La realidad es que tradicionalmente los gobiernos después del desgaste de la elección, se enfrentan a la realidad del ejercicio del poder.
El punto es que la estrategia tiene como finalidad resaltar lo bueno… y la Presidenta Sheinbaum ha hecho mucho en sus primeros 100 días, los cuales son muy importantes, porque son un indicador de la potencia de gobernabilidad.
Difícilmente se puede pensar en un arranque de gobierno más exitoso que en el de la Dra. Claudia Sheinbaum. En principio, porque inicia su administración con una de las más altas aceptaciones a nivel mundial, con casi el 80% de acuerdo con las últimas encuestas de El Financiero. Esto es fundamental, ya que la decepción no se ha incrementado, todo lo contrario, se avala el trabajo realizado hasta ahora.
Otro punto que destacar es que, gracias al Plan C que encabeza, se ha hecho la reforma legal más grande desde la Constitución de 1857. Esto por sí mismo es un trabajo extraordinario, en especial si consideramos el entorno internacional adverso, y las presiones a la gobernabilidad que en otras latitudes han impactado, al grado de que Trudeau tuvo que renunciar como Primer Ministro de Canadá.
El gobierno de la Presidenta Sheinbaum arranca bien, pero no exento de desafíos. El Estado se pondrá a prueba con la elección de jueces, ministros y magistrados; la creación de las leyes secundarias que le darán viabilidad a las reformas constitucionales; el entorno económico complicado a nivel mundial; y no menor, la amenaza de Trump.
Pero con claridad y patriotismo avanzamos para convertir a México en una potencia mundial con prosperidad compartida; los primeros pasos de esta etapa ya están dados.