Un nuevo informe global reveló una alarmante realidad: las sequías se están convirtiendo en una amenaza cada vez más frecuente y severa para miles de millones de personas en todo el mundo. El Atlas Mundial de las Sequías, presentado en el marco de la COP16 sobre desertificación, pinta un panorama sombrío y advierte sobre las consecuencias devastadoras de esta crisis hídrica.
El cambio climático, provocado por la actividad humana, está intensificando y prolongando los períodos de sequía, lo que a su vez está agotando los suelos fértiles y convirtiendo vastas extensiones de tierra en desiertos. Las consecuencias de esta crisis son múltiples y abarcan desde la escasez de alimentos y agua hasta la migración forzada y los conflictos sociales.
Las sequías no solo afectan a las regiones más áridas del planeta, sino que están llegando a zonas antes consideradas seguras. Este año, uno de los más cálidos registrados, fue testigo de sequías devastadoras en diversas partes del mundo, desde América Latina hasta Europa y África.
“Las sequías son menos visibles y atraen menos atención que eventos repentinos como inundaciones y terremotos, pero no deben subestimarse”, advierten los investigadores. Sus efectos se sienten en todos los ámbitos de la vida, desde la agricultura y la energía hasta el transporte y la economía.
El informe destaca que las sequías pueden desencadenar una serie de efectos en cascada, como el aumento de los precios de los alimentos y la energía, la migración masiva y el aumento de los conflictos. Además, pueden obstaculizar la producción de energía hidroeléctrica y afectar al transporte marítimo en canales clave como el de Panamá.
Ante esta grave amenaza, la comunidad internacional debe actuar de manera urgente. La UNCCD ha llamado a restaurar 1.500 millones de hectáreas de tierra para finales de la década, con el objetivo de combatir la desertificación y mejorar la resiliencia de los ecosistemas.
Las conclusiones del Atlas Mundial de las Sequías son claras: la crisis hídrica es una de las mayores amenazas que enfrenta la humanidad. Es necesario adoptar medidas urgentes a nivel global para mitigar los efectos del cambio climático, mejorar la gestión de los recursos hídricos y promover prácticas agrícolas sostenibles.