El fabricante chino de vehículos eléctricos, BYD, decidió pausar la inversión en su planta prevista en México, hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, en noviembre.
Esta decisión se suma a la de Tesla, que también optó por esperar los resultados electorales antes de continuar con sus planes de expansión en el país.
La medida de BYD responde a la incertidumbre sobre posibles cambios en la política comercial estadounidense, especialmente si el expresidente, Donald Trump, regresa a la Casa Blanca.
Trump ha sido crítico de la comercialización de autos extranjeros en Estados Unidos, lo que podría afectar las operaciones de empresas automotrices extranjeras.
BYD había estado explorando varios estados mexicanos para establecer su planta, incluyendo Puebla, San Luis Potosí, Jalisco, Nuevo León y Michoacán. Sin embargo, la búsqueda ha sido suspendida temporalmente, debido a la situación política en Estados Unidos.
La planta de BYD en México está diseñada para tener una capacidad de producción inicial de 150,000 vehículos al año, con planes de escalar hasta 500,000 unidades anuales en el futuro. Se espera que la planta genere aproximadamente 10,000 empleos directos. Los modelos que se producirán aún no han sido definidos, pero podrían incluir vehículos de las familias Ocean y Dynasty de BYD.
Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD, visitó la Ciudad de México en febrero, durante el lanzamiento del modelo Dolphin Mini y se reunió con altos directivos en el E-Prix de Ciudad de México de Fórmula E en enero. A pesar de estos avances, la empresa ha decidido esperar un panorama más claro antes de continuar con su inversión.
La pausa en la inversión de BYD podría significar la cancelación, cambios o reactivación del proyecto en el futuro. La planta en México, estaba destinada a producir vehículos tanto para el mercado local como para América Latina, con la posibilidad de exportar a Estados Unidos, dependiendo de las condiciones comerciales.