La Corte Suprema de Estados Unidos decidió este lunes remitir a un tribunal inferior el tema de la inmunidad penal que Donald Trump reclama como expresidente, retrasando así aún más su juicio por presuntamente haber intentado alterar los resultados de las elecciones de 2020.
En una votación de seis a tres, donde los magistrados conservadores formaron la mayoría, el tribunal dictaminó que un presidente goza de cierta inmunidad procesal. El presidente de la Corte Suprema, el conservador John Roberts, escribió en nombre de la mayoría que un presidente disfruta de “inmunidad absoluta” frente a un proceso penal por actos oficiales realizados mientras estaba en el cargo.
“No hay inmunidad para actos no oficiales”, aclaró Roberts, enviando el caso nuevamente a un tribunal inferior para que determine cuáles de los cargos que enfrenta el expresidente involucran una conducta oficial.
Este fallo marca un hito en la jurisprudencia estadounidense al establecer un precedente sobre la extensión de la inmunidad presidencial en casos penales, diferenciando entre actos oficiales y no oficiales. La decisión podría tener implicaciones significativas para futuros presidentes y el alcance de su protección legal mientras estén en el cargo.