El Banco de México (Banxico) decidió mantener la tasa de fondeo en un nivel de 11.0%, en una votación dividida durante su última reunión de política monetaria. El subgobernador Omar Mejía fue el único en votar a favor de recortar la tasa en 25 puntos base, lo que la habría llevado a un nivel de 10.75%.
En el comunicado de Banxico se destaca un episodio reciente de volatilidad financiera en México, que resultó en un aumento significativo de las tasas de interés de valores gubernamentales de mediano y largo plazo, así como en una depreciación del peso mexicano. No obstante, Banxico indicó que los mercados han mostrado señales de mejoría.
En cuanto a la economía, Banxico observó que la debilidad económica del final del año pasado parece haberse prolongado hasta el segundo trimestre de 2024. Por ello, identificó el balance de riesgos para el crecimiento como sesgado a la baja.
Sobre la inflación, el balance de riesgos se mantiene sesgado al alza, aunque con algunos cambios. Banxico identificó varios riesgos al alza, incluyendo la persistencia de la inflación subyacente, mayor depreciación cambiaria, presiones de costos, afectaciones climáticas y conflictos geopolíticos. Los riesgos a la baja incluyen una actividad económica menor a la anticipada, menor traspaso de algunas presiones de costos y un impacto menor al esperado de la depreciación cambiaria sobre la inflación.
Comparado con el anuncio anterior, Banxico eliminó el riesgo al alza de que la economía muestre una mayor resiliencia de lo esperado.
En su guía futura, Banxico prevé que el entorno inflacionario podría permitir discutir ajustes en la tasa de referencia, especialmente debido al desvanecimiento de los choques globales y a una mayor debilidad económica de lo anticipado.
Esta decisión y el comunicado que la acompaña indican que el Banco de México está monitoreando de cerca tanto las condiciones internas como externas, y podría ajustar su política monetaria en respuesta a futuros desarrollos económicos y financieros.
