Este miércoles, el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, declaró que aún es posible alcanzar una tregua y un acuerdo de liberación de rehenes para poner fin a la guerra entre Hamás e Israel que afecta a la Franja de Gaza.
En un contexto de escalada de violencia, el movimiento chiita libanés Hezbolá, aliado de Hamás, lanzó una serie de proyectiles hacia el norte de Israel. Este ataque se produjo un día después de que el ejército israelí matara a uno de sus altos cargos en un operativo.
Durante su gira por Oriente Medio, Blinken se encontraba en Catar, uno de los mediadores en el conflicto junto con Estados Unidos y Egipto, analizando la respuesta de Hamás al plan propuesto para un alto el fuego en el territorio palestino. Blinken señaló que entre los reclamos del movimiento islamista palestino, “algunos cambios son realizables, otros no”.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, mencionó que “varias” de las demandas de Hamás son “menores y no inesperadas”, mientras que “otras difieren más sustancialmente de lo que fue delineado en la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”.
Las declaraciones de Blinken subrayan el complejo panorama diplomático y militar en la región, donde los esfuerzos por alcanzar una tregua se enfrentan a profundas discrepancias y una continua violencia. Las negociaciones, lideradas por Catar, Estados Unidos y Egipto, serán cruciales en los próximos días para determinar si es posible avanzar hacia una resolución pacífica del conflicto.