Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la anorexia, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones representan solo la punta del iceberg, pues muchas personas no cumplen con los criterios para ser diagnosticadas, pero realizan acciones riesgosas como ayunos, dietas restrictivas, vómitos y ejercicio excesivo para bajar de peso. Así lo señaló Karla Edith González Alcántara, académica de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Psicología de la UNAM.
González Alcántara advierte que estos comportamientos pueden llevar al desarrollo de TCA, los cuales generan serias consecuencias físicas y están relacionados con problemas como baja autoestima, ansiedad y depresión. Además, muchas personas no buscan tratamiento, lo que significa que las prevalencias conocidas están por debajo de la realidad a nivel nacional y mundial.
Con motivo del Día Mundial de Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria, que se conmemora el 2 de junio, la doctora en Psicología y Salud subraya que estos problemas afectan principalmente a mujeres jóvenes, aunque los hombres también pueden sufrirlos, aunque en menor medida. Se estima que por cada 10 personas con estos trastornos, hay un hombre y nueve mujeres.
La académica también destaca que niñas y niños presentan conductas de riesgo alimentario, lo cual es especialmente preocupante dado que están en desarrollo físico y una mala alimentación puede afectarlos gravemente. Las consecuencias de los TCA pueden ir desde cansancio, problemas en la piel, anemia, osteoporosis, hasta infartos.
Anorexia nerviosa: Rechazo extremo a comer o dietas muy restrictivas, peso por debajo del esperado y alteraciones en la percepción del cuerpo.
Bulimia nerviosa: Pérdida de control al comer, vergüenza y culpa, seguido de conductas compensatorias como ejercicio excesivo y uso de laxantes.
Trastorno por atracón: Consumo excesivo de alimentos sin conductas compensatorias, llevando a sobrepeso u obesidad.
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 2013, la prevalencia de anorexia en mujeres era de 0.4%, bulimia de 1.5% y trastorno por atracón de 3%. Datos de la Secretaría de Salud de 2017 indican que cada año se observan 20,000 casos de TCA en hombres y mujeres en México, y un estudio mundial de 2019 encontró que 13.6 millones de personas habían presentado un TCA.
El artículo “Prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en adolescentes mexicanos: Ensanut Continua 2022” señala que el 1.6% de los adolescentes en el país están en riesgo alto de tener un TCA. Además, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 reveló que el 45.7% de los adolescentes había comido en exceso, el 35% se preocupó por engordar y el 23.4% perdió el control sobre lo que ingería en los últimos tres meses.
González Alcántara resalta la necesidad de sensibilizar a la población sobre la importancia del tratamiento de los TCA y la salud mental. “El estigma hacia las enfermedades de salud mental afecta el diagnóstico y tratamiento de los pacientes”, afirma. También insta a los padres a estar atentos a las conductas alimentarias de sus hijos y buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
El tratamiento de los TCA requiere de un equipo multidisciplinario que incluya psicólogos, nutriólogos y médicos para monitorear y mejorar la salud de los pacientes.