En una decisión que ha generado críticas por parte de demócratas y ecologistas, Florida ha aprobado una ley que reduce la prioridad de la lucha contra el cambio climático en el estado, a pesar de ser especialmente vulnerable al calentamiento global.
La ley, firmada por el gobernador republicano Ron DeSantis, elimina casi por completo la necesidad de considerar el cambio climático en las políticas gubernamentales de Florida. Frases como “los impactos del cambio climático global pueden reducirse a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero” han sido eliminadas de la ley sobre recursos energéticos.
Además, la medida prohíbe la instalación de turbinas eólicas en aguas del estado y elimina restricciones a la construcción de gasoductos, lo que dificulta la adopción de energías más limpias.
El gobernador DeSantis ha celebrado la nueva ley, afirmando que están “restableciendo la cordura en nuestro enfoque de la energía y rechazando la agenda de los fanáticos verdes radicales”.
Sin embargo, los demócratas han criticado fuertemente la decisión. La congresista Frederica Wilson declaró en redes sociales: “El cambio climático es un hecho incuestionable, no un asunto abierto a debate”. Añadió que las consecuencias de la crisis climática son evidentes en Florida y que intentar socavar los esfuerzos para combatir esta amenaza es imprudente e irresponsable.
Florida es uno de los estados más expuestos a las consecuencias del calentamiento global, como la subida del nivel del mar. El año pasado fue el más cálido en Florida desde 1895, y una ola de calor en el mar causó un grave episodio de blanqueo de corales frente a los Cayos de Florida.
La directora ejecutiva del Instituto Medioambiental Cleo, Yoca Arditi-Rocha, afirmó que “este acto intencionado de disonancia cognitiva es la prueba de que el gobernador y la legislatura del estado no están actuando en el mejor interés de los floridanos, sino para proteger los beneficios de la industria de los combustibles fósiles”.