Si hoy fueran las elecciones, Claudia Sheinbaum, candidata de Morena-PT-PVEM, ganaría la presidencia de la república con el 57% de las preferencias electorales; Xóchilt Gálvez, de la coalición PAN-PRI-PRD tendría el 32% de los votos y Jorge Álvarez Máynez, el 11%. Esto de acuerdo a la fotografía instantánea de las encuestas.
Esto es por coalición electoral, si se hace un zoom, al reporte y a la letra chiquita que nadie lee en las encuestas vemos cosas interesantes. Gerardo Fernández Noroña, personaje polémico de la Cuarta Transformación, acostumbra a decir que Morena, PT y PVEM, son hermanitos, por la alianza legislativa que durante seis años establecieron en el Congreso de la Unión, pero remata diciendo, un poco en broma y un poco en serio, que Caín y Abel también fueron hermanos.
Se sabe que cuando se compite en coalición, sólo una de las fuerzas coaligadas es la beneficiada. El voto nunca se distribuye proporcionalmente y la suma de preferencias electorales los partidos nunca es una aritmética. De esta manera, por fuerza política y de acuerdo con encuestas, Morena sería el partido mayoritario en el país, con el 53% de las intenciones de voto; la segunda fuerza sería el PAN, con el 21%; en el tercer lugar estaría MC, con 11%, confirmando su estrategia de ir solo; seguido por el PRI, con el 9%; mientras que PT, PVEM y PRD, estarían empatados en el 2%, con lo cual perderían su registro.
De acuerdo con el histórico de estas encuestas, de julio de 2023, a inicios de mayo de este año, Morena, prácticamente se mantiene igual pasando de 54% a 53%; el PAN, de 15% al 21%; el PRI, del 13% al 9%; MC, paso de 8% al 11%, mientras que el resto de los partidos se mantiene en la línea crítica de los 3 puntos porcentuales o menos.
Xóchitl Gálvez, mal y tarde, reconoció que sí es candidata del PRI, del PAN y del PRD. Las dirigencias de los partidos minoritarios traen otros datos. En el PRD juran y perjuran que están por arriba de los cinco puntos porcentuales y dan por hecho que conservan el registro, pero los revolucionarios democráticos, en el seno de su coalición tienen la mitad de las candidaturas en el actual proceso electoral de las que obtuvieron hace tres años, esto sin contar las deserciones de cuadros y grupos en ese tiempo.
En el PRI, dejaron a un lado los rubores y sus piezas de comunicación van dirigidas al voto duro, si es que algo queda. Mientras que los panistas, no hacen nada para equilibrar el voto de sus aliados.
En la más reciente propaganda de Morena, debajo de la figura de Claudia Sheinbaum se lee: “vota todo morena”. En el partido verde afirman que aspiran a convertirse en la tercera fuerza política del país, en los números no se ve como pudiera ocurrir eso, pero han desplegado una estrategia de comunicación paralela a la de su coalición, promocionando a los candidatos más populares como verdes.
El PT, acostumbrado a remolcarse de la fuerza mayoritaria y del candidato en turno, ha hecho poco por posicionar en la opinión pública su emblema, parece resignado a que los ciudadanos lo identifiquen como la fuerza que siempre ha estado al lado de López Obrador y ahora de Claudia Sheinbaum. Caín y Abel, como dice Noroña. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
