“Hashtag”, “arroba”, “trending”, “emoticones”, “clics”, “me gusta” y “compartir” son palabras usadas normalmente en las redes sociales y con las que todos nos identificamos y usamos en nuestra vida diaria; sin embargo, en los últimos días, a razón de las campañas electorales, se han escuchado otros conceptos como “campaña negra”, “anonimato”, “automatización”, “fake”, entre otras.
Este recuento sirve para recordar que las redes sociales como “X” (antes Twitter), Facebook, TikTok, Instagram y YouTube, surgieron como una necesidad para lograr una comunicación más ágil y directa. Lamentablemente, en el marco de este proceso electoral, como en ningún otro, se ha desvirtuado su origen y son utilizadas para denostar, atacar y hacer daño.
El pasado 14 de marzo, en mi carácter de representante de Morena ante el Instituto Nacional Electoral, propuse un protocolo para establecer acciones de coordinación con las autoridades federales y las empresas de redes sociales para identificar, prevenir y exponer campañas calumniosas automatizadas que difundan información falsa dentro del Proceso Electoral Federal en curso.
Durante mi exposición, resalté que la propaganda negativa en estos canales, desarrollada durante las campañas, constituye un beneficio indebido al impactar de forma directa en el ánimo del electorado y propicia un capital electoral para la opción política distinta al partido y/o coalición que es imputada.
Por ello, recientemente, a petición de la Dirigencia de Morena, denunciamos a los partidos políticos que integran la Coalición Fuerza y Corazón por México, PAN, PRI y PRD, porque a partir de la aplicación de un software automatizado, comúnmente conocido como “bots”, se realizan fuertes erogaciones con implicaciones en el proceso electoral en contra de Claudia Sheinbaum Pardo y del Presidente de la República.
Estamos ante un hecho perverso que está repercutiendo directamente en el próximo proceso electoral e incide en la ruta de la fiscalización, porque estamos hablando de un fenómeno donde se está utilizando dinero, en los llamados “Xóchitlbots” para buscar generar tendencias en redes sociales con la clara intención de influir en la contienda.
Hasta ahora, hemos calculado y denunciado que el equipo de Xóchitl Gálvez está gastando hasta un millón de dólares a la semana en esta estrategia.
Tan sólo el reporte de MilenIA, Central de Datos e Inteligencia Artificial, publicado a principios de marzo, reveló que seis de cada 10 mexicanos repudiaron las “campañas negras” #NarcoPresidenteAMLO y #NarcoCandidataClaudia.
Por tanto, con toda esta información que presentamos, lamentamos que el INE haya rechazado la posibilidad de garantizar información veraz a las y los mexicanos en lo que es el proceso electoral más grande de la historia del país.
Las y los consejeros electorales rechazaron la posibilidad de crear una estrategia para poner fin a la necesidad de dar respuesta a la creciente preocupación sobre el impacto de la desinformación y las campañas de difamación, donde se utilizan bots y otras formas de automatización para manipular la opinión pública.
Este protocolo no pretendía más que dar a la autoridad electoral la capacidad de reacción frente a campañas de desinformación, así como el establecimiento de un marco de cooperación entre el Estado y el sector privado para la defensa de la democracia.