En su primera audiencia con los miembros de la Curia Romana, el papa León XIV hizo un llamado a “tender puentes” y fomentar el diálogo, marcando un tono conciliador en su relación con el gobierno central de la Iglesia católica. El pontífice estadounidense-peruano, quien asumió el 8 de mayo, agradeció el trabajo de los funcionarios vaticanos y subrayó la importancia de la unidad y la humildad en las labores cotidianas.
Durante el encuentro en la Sala Pablo VI, el nuevo líder de la Iglesia católica recordó que “los papas pasan, la Curia permanece”, en un gesto de reconocimiento hacia la institución que, bajo el pontificado de su predecesor, Francisco, enfrentó tensiones y críticas por resistencias a reformas y actitudes de poder.
León XIV retomó el mensaje de su toma de posesión, en el que invitó a “construir puentes” y acoger “con los brazos abiertos a quienes necesitan caridad, diálogo y amor”. En esta línea, pidió a los presentes superar incomprensiones con paciencia, evitar prejuicios y, siguiendo el ejemplo de Francisco, “no perder el sentido del humor”.
El papa Francisco, quien impulsó reformas para descentralizar el poder, aumentar la transparencia y dar mayor participación a laicos y mujeres, tuvo una relación compleja con la Curia. En sus primeros años, llegó a acusar a algunos de sus miembros de sufrir “Alzheimer espiritual” y buscar “poder y privilegios”, lo que generó resistencias entre sectores tradicionalistas.
Aunque sus cambios fueron aplaudidos por muchos, algunos funcionarios lo criticaron por un estilo “demasiado autoritario”, alegando que en ocasiones ignoraba los procedimientos administrativos de la Santa Sede.
León XIV, sin embargo, optó por un discurso más inclusivo y colaborativo, aunque sin dejar de lado la necesidad de renovación en la Iglesia. Su enfoque busca equilibrar reformas con estabilidad, en un momento en que el Vaticano enfrenta desafíos globales, desde conflictos hasta crisis de fe.
