La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, y 25 Producción, presentarán Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, con adaptación y dirección de Diego del Río.
Indicaron a través de un comunicado que el elenco está conformado por Marina de Tavira, Rodrigo Virago, Astrid Mariel Romo, Ana Clara Castañón K., Alejandro Morales, Mónica Jiménez, Federico Di Lorenzo, Diego Medel, Diego Santana y Patricia Vaca.
Esta puesta en escena ofrecerá temporada del 9 de mayo al 8 de junio, con funciones los jueves, viernes, sábados y domingos a las 18:45 horas, en el Teatro del Bosque Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque.
Esta adaptación de uno de los clásicos más importantes del teatro estadounidense examina la codependencia y el machismo en la relación de Stella y Stanley, un matrimonio que se mueve entre el amor y la violencia, y cuya dinámica se intensifica con la presencia de Blanche, revelando la agresividad de Stanley frente a la vulnerabilidad de Blanche.
“Nuestra inspiración proviene de la necesidad de hacer relevante una obra clásica para el público contemporáneo, abordando temas universales y atemporales”, comentó el director de escena, Diego del Río.
A nivel técnico y visual, el montaje utiliza una combinación de herramientas espaciales, de iluminación y música en vivo que potencian el trabajo del ensamble todo el tiempo. Este enfoque pretende crear una atmósfera envolvente que atraiga y cautive al espectador.
Los diseños de escenografía e iluminación son de Jesús Hernández, el diseño de vestuario de Jerildy Bosch, la música original es de Andrés Penella, el diseño gráfico, cartel y fotografía son de Héctor Ortega, mientras que el diseño de maquillaje es de Maricela Estrada. La producción general es de 25 Producción y la producción ejecutiva corre a cargo de David Castillo.
La puesta en escena de Diego del Río nos invita a reflexionar sobre la obra de Williams desde una nueva perspectiva. A través de una interpretación que aboga por la humanidad y la complejidad de los personajes, el espectador podrá experimentar un recorrido emocional profundo, sintiendo empatía, incomodidad, y una conexión íntima con la narrativa.