Corea del Sur puso en marcha un ambicioso plan de apoyo a sus exportaciones, destinando 250.000 millones de dólares para proteger a sus empresas de los posibles efectos negativos de la nueva administración estadounidense y la inestabilidad de política interna.
La decisión del gobierno surcoreano se produce en un contexto de creciente incertidumbre global, marcado por las políticas proteccionistas anunciadas por el nuevo presidente de Estados Unidos y las recientes turbulencias políticas en el país asiático.
“Las incertidumbres externas, como el inicio del nuevo gobierno estadounidense, plantean preocupaciones por el posible efecto adverso para el sector exportador”, afirmó Kim Dong-joon, subdirector de la división de apoyo del Ministerio de Finanzas.
Para hacer frente a esta situación, el gobierno surcoreano decidió destinar 360 billones de wones (241.100 millones de dólares) en financiamiento para apoyar a las empresas exportadoras, e incrementar el presupuesto destinado a proteger a las empresas de los efectos negativos de la volatilidad del won.
Además de los desafíos externos, Corea del Sur también enfrenta una situación interna compleja. La reciente crisis política, marcada por la fallida declaración de ley marcial, generó gran incertidumbre y afectó la confianza de los inversores.
El banco central surcoreano respondió a esta situación reduciendo sus proyecciones de crecimiento económico para este año. La debilidad del won frente al dólar estadounidense, agravada por la inestabilidad política, representa un desafío adicional para las exportaciones surcoreanas.