La tormenta Darragh deja una estela de destrucción a su paso por el Reino Unido e Irlanda, causando cortes de energía a gran escala, interrupciones en los transportes y obligando a miles de personas a quedarse en casa. La Oficina Meteorológica británica emitió una rara alerta roja por vientos huracanados, lo que desencadenó una serie de problemas en toda la región.
Decenas de miles de hogares en el Reino Unido e Irlanda se quedaron sin electricidad debido a la caída de árboles y líneas eléctricas. En Gales, más de 50 mil personas se vieron afectadas, mientras que en Irlanda, la cifra ascendió a 400 mil. Las compañías eléctricas trabajan arduamente para restablecer el suministro, pero las condiciones climáticas adversas dificultan las labores de reparación.
Los fuertes vientos y las intensas lluvias provocaron numerosas interrupciones en los servicios de transporte. Trenes fueron cancelados o desviados en varias rutas, dejando a miles de viajeros varados. Aeropuertos como el de Dublín cancelaron numerosos vuelos, y los operadores de autobuses se vieron obligados a suspender algunos servicios.
Las autoridades emitieron advertencias y alertas a la población para que tomaran precauciones y evitaran salir de sus hogares si no era estrictamente necesario. En algunas zonas, se produjeron inundaciones y deslizamientos de tierra, lo que obligó a evacuar a algunos residentes.
Se espera que las condiciones climáticas adversas continúen durante el fin de semana, lo que podría prolongar las interrupciones en los servicios y dificultar las labores de recuperación. Las autoridades pidieron a la población que mantenga la calma y siga las indicaciones de los servicios de emergencia.
