Y no solo ganó la Presidencia, también ganó mayoría en el Congreso y Gubernaturas, lo que le dará un poder extraordinario. Esto no admite un análisis maniqueo de blanco y negro, la caricaturización o simplificación. No es que sea buena noticia que gane Trump, aunque la realidad es que tampoco lo era que ganara Kamala. Sin embargo, su victoria no representa necesariamente una catástrofe; es una amenaza pero con oportunidades extraordinarias.
Trump tendrá que enfrentar la realidad más allá del discurso, por ejemplo, amenaza con imponer 25% de aranceles a los productos mexicanos; sin embargo, esto plantearía un dilema en él. Sería generar inflación o favorecer con compras a países BRICS como Brasil, China e India, lo que llevaría a México a tener una posición más cercana a ese bloque. Frente a las declaraciones de Xi Jinping en la última cumbre de los BRICS en Kazán, Rusia, no será tan fácil pegarle a México en este momento.
El próximo presidente de Estados Unidos enfrenta la decadencia americana: migración, drogas, aranceles y comunidades podridas como por ejemplo Arizona, Oklahoma y Maine, que tienen índices de más de 20% de adicción, serán el eje de la agenda.
Mención especial para la situación migratoria. En México, el problema no solo está en la frontera norte, sino también la frontera sur, que es el paso de miles de migrantes centroamericanos, pero también africanos y asiáticos, por lo que México tendría que repensar su política migratoria.
Otros riesgos más presentes están en otro lado, uno es la inminente misoginia de Trump, lo que hará una relación compleja con nuestra Presidenta, la Dra. Claudia Sheinbaum; y otro es la tentación del uso político de testigos protegidos y narcotraficantes como instrumento político, como el caso del ex presidente de Panamá, Manuel Noriega.
Pero el riesgo más alto es su fantasía dictatorial y su sueño de ser el Putin americano, esto trasciende con la necesidad de crear un nuevo orden mundial, complejo desde Ucrania, Medio Oriente y Latinoamérica, por lo que sus vicios de carácter se pueden convertir en un desequilibrio mayor.
El triunfo de Trump es el desafío diplomático más grande de la época contemporánea. El reto es cómo hacer convivir dos visiones del mundo completamente diferentes: el humanismo mexicano frente al trumpismo. Pero también hay coincidencias importantes, la necesidad de políticas nacionalistas de ambos países, así como la urgencia de minar el Estado profundo y la aversión al modelo neoliberal; a partir de ahí, podemos construir. La realidad es que vienen tiempos complejos, pero con el liderazgo de la Dra. Claudia Sheinbaum tendremos la base de una nueva prosperidad incluyente.