El Partido Republicano recuperó el control del Senado de Estados Unidos, arrebatándoselo a los demócratas al obtener la mayoría de 51 escaños. La renovada mayoría republicana en el Senado garantiza a Trump, que los republicanos tendrían un sólido apoyo para impulsar su agenda y designar jueces en la Corte Suprema.
En estas elecciones, además de la presidencia, estaban en juego los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 del Senado, en el que los republicanos lograron revirtir la mayoría demócrata de 51-49. Uno de los puntos clave fue la victoria de Jim Justice, gobernador de Virginia Occidental, quien derrotó al demócrata, Glenn Elliott y ocupará el puesto dejado por el senador moderado, Joe Manchin. Justice, quien inició su carrera política en el Partido Demócrata pero cambió de bando tras asumir el cargo de gobernador, consolidó la presencia republicana en su estado.
Otra victoria significativa fue la del republicano Bernie Moreno en Ohio, quien superó al veterano demócrata, Sherrod Brown, senador desde 2007. Nacido en Colombia y antiguo empresario del sector automotriz, Moreno se convierte en uno de los nuevos rostros del Senado republicano.
La reelección de la senadora Deb Fischer en Nebraska terminó de sellar la mayoría republicana en el Senado. Fox News y ABC proyectaron el control republicano tras confirmar el triunfo de Fischer.