El presidente, Vladimir Putin, ha dado instrucciones claras al ejército ruso para que expulse a las tropas ucranianas que, en menos de una semana, han logrado apoderarse de 28 localidades en la región de Kursk, según informaron las autoridades locales este lunes.
La operación sorpresa de Ucrania, lanzada el martes pasado en la región fronteriza de Kursk, marca un punto crítico en el conflicto que comenzó hace más de dos años y medio, cuando Rusia inició su ofensiva en territorio ucraniano. Este ataque representa la incursión más significativa de un ejército extranjero en suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial, subrayando la escalada de tensiones entre ambos países.
Un alto funcionario de seguridad ucraniano, citado el domingo, reveló que “miles” de soldados ucranianos están involucrados en la operación, cuyo objetivo principal es “estirar las posiciones del enemigo, infligir el máximo de pérdidas y desestabilizar la situación en Rusia”. La magnitud y el impacto de esta operación han causado gran preocupación en el Kremlin.
En respuesta, Putin declaró durante una reunión televisada el lunes, que la prioridad del Ministerio de Defensa ruso es “obviamente, expulsar al enemigo de nuestros territorios”. Además, el presidente ruso acusó a Kiev de intentar “sembrar la discordia en nuestra sociedad, intimidar a la gente, destruir la unidad y la cohesión de la sociedad rusa”. Según Putin, estas acciones responden a la “voluntad” de las potencias occidentales, que estarían respaldando las acciones de Ucrania.
