Se celebraron elecciones legislativas en Francia, en las que la alianza de partidos de izquierda obtuvo la mayoría de los escaños en el parlamento francés, derrotando a la ultraderecha luego de que obtuviera la victoria en la primera vuelta; mientras tanto la alianza de Macron se consolidó como la segunda fuerza en el legislativo con 163 escaños. Si bien Macron logró derrotar a la ultraderecha, la realidad es que el partido que encabeza Marine Le Pen ha ganado terreno político en los últimos años. El resultado fue claro: los franceses votaron para que la derecha extrema no tuviera mayoría, sin embargo, el parlamento francés está más fracturado que nunca, lo que significará un periodo de inestabilidad para Francia, a esto se le suma la reciente renuncia del Primer Ministro del Reino Unido Rishi Sunak, lo que provoca que en los últimos 10 años Inglaterra haya tenido seis Primeros Ministros, algo que no se había visto en la historia inglesa.
Esto es parte del desencantamiento de la sociedad por la política, pero sobre todo por la incapacidad de poder resolver problemas de fondo; el discurso de lo políticamente correcto ha cansado a la sociedad, por eso Trump, Le Pen y muchos otros están creciendo frente a políticos que no acaban de plantear una alternativa a la gobernabilidad acotada. Ben Ansell, profesor de Oxford habla de esto en su libro “Por qué fracasa la política”, y pone un ejemplo muy claro de gran fracaso de la política con un problema mundial que es el calentamiento global. Ya es una realidad que todos saben que existe y que los daños son visibles; sin embargo, ningún gobierno ha hecho lo suficiente para combatirla, y a su vez han priorizado temas como la autodeterminación de género en Europa. Lo políticamente correcto y parte de la ideología Woke han sido también causantes de la desilusión de los políticos, al hacer promesas que suenan bien en el discurso, pero son inservibles en la práctica.
Como resultado de esto, la extrema derecha ha ido ganando terreno en varios países, como Milei en Argentina, Noboa en Ecuador o Bukele en El Salvador, en el caso de América Latina; también en las recientes elecciones del Parlamento Europeo, la ultraderecha ganó en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. No olvidemos que, históricamente, este pensamiento ultraconservador y extremo ha conducido a conflictos de gran escala y división entre la sociedad, por lo que el resurgir de la derecha y de las fuerzas ideológicas extremistas, debe ser motivo de alarma.Los resultados de las elecciones en México son armónicos con lo que pasó en Francia y en Reino Unido. Las raíces del Humanismo Mexicano son un dique contra el reagrupamiento de la derecha y de la extrema derecha. La mayoría absoluta que el pueblo otorgó para continuar el Segundo Piso de la Cuarta Transformación permitirá mantener la gobernabilidad y seguir construyendo un gobierno cercano a la gente, que procura el bienestar de todas y todos los mexicanos luchando contra la corrupción y los privilegios. Por eso, es posible que en los próximos años México se convierta, a nivel mundial, en el freno para la derecha.