La falta de lluvias ha impactado gravemente al sector rural mexicano, con más del 85% del territorio nacional afectado por la sequía, según la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC). Esta situación amenaza la producción de alimentos y pone en riesgo la sostenibilidad del campo mexicano.
La UMFFAAC enfatizó que el agua es un factor crucial para la agricultura, y pidió un incremento en la inversión pública y privada para la investigación y tecnificación hídrica en México. También destacó la necesidad de infraestructura que garantice un uso eficiente del agua y una mayor capacitación en el manejo de agroquímicos para reducir el consumo de agua.
Según el Monitor de Sequía de México, al 15 de mayo, el 70.76% del territorio nacional presentaba algún grado de sequía, mientras que el 14.82% estaba en una condición anormalmente seca. Esta condición, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), puede retrasar la siembra de cultivos, limitar el crecimiento de los mismos y aumentar el riesgo de incendios.
El porcentaje de territorio afectado por la sequía aumentó significativamente entre el 29 de febrero y el 15 de mayo, pasando del 56.64% al 70.76%. Además, la Comisión Intersecretarial para la Atención de Sequías e Inundaciones (CIASI) informó que entre el 1 de enero y el 8 de abril de 2024, se registró un déficit de precipitación acumulada del 30.3% por debajo del promedio de 1991 a 2020.
La UMFFAAC señaló que el problema del agua en el campo no es nuevo, pero la situación actual es especialmente grave. Muchas presas en el país están en niveles históricamente bajos, afectando la capacidad de riego en zonas agrícolas clave. Un informe del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) indica que, de 138 presas, 52 están por debajo del 20% de su capacidad, 49 entre el 20% y el 50%, y solo 37 están por encima del 50%.
Particularmente preocupante es la situación en el noroeste de México, donde las presas están en promedio al 11% de su capacidad, afectando gravemente las zonas agrícolas de Sinaloa y Sonora. En Sinaloa, las presas están al 50% por debajo del promedio de los últimos cinco años, mientras que en Sonora la situación es similar.
En Tamaulipas, miles de hectáreas de sorgo se perderán debido al bajo volumen de agua en las presas, que están al 18% de su capacidad. Los agricultores ya están tomando decisiones difíciles, como cambiar de cultivos ante la falta de agua para el riego.