Israel prosiguió el lunes con sus operaciones contra Hamás en la Franja de Gaza mediante una serie de bombardeos, en medio de la creciente preocupación internacional sobre una posible escalada regional. Estos acontecimientos se desatan tras el ataque sin precedentes perpetrado por Irán, que ha avivado las tensiones en la región.
El sábado por la noche, Irán llevó a cabo un ataque con drones y misiles en respuesta al presunto bombardeo contra su consulado en Damasco el pasado 1 de abril, el cual atribuyó al Estado de Israel. Aunque Israel afirmó que el ataque fue “frustrado”, Irán declaró que consideraba el asunto cerrado, advirtiendo a Israel contra cualquier acción imprudente que pudiera desencadenar una respuesta aún más contundente.
Ante la incertidumbre sobre posibles represalias por parte de Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu convocó a su gabinete de guerra el lunes, después de una reunión previa en la que, según medios locales, no se tomó ninguna decisión concreta.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reiteró el apoyo de Washington a Israel, pero también expresó la voluntad de evitar una escalada con Irán, subrayando la importancia de la contención en la región.
Por otro lado, el canciller británico, David Cameron, declaró el lunes a la BBC que su país no respalda un ataque en represalia, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, hizo un llamamiento para evitar una “conflagración”, instando a la comunidad internacional a trabajar en pro de la contención.