Amnistía Internacional y el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) dieron a conocer el informe ‘Nadie garantiza mi seguridad’, el cual reveló la urgente necesidad de fortalecer las políticas federales de México para la protección de las y los periodistas.
“Ocho periodistas han sido asesinados mientras estaban inscritos en el Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de México en los últimos siete años, una cifra que pone de relieve la urgente necesidad de fortalecer y reformar la institución”, señalaron.
“El Mecanismo Federal para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas sigue siendo una parte crucial de los esfuerzos del gobierno en México para hacer del país un lugar más seguro para los periodistas, pero solo puede cumplir ese papel si aborda adecuadamente sus propias fallas”, declaró Jan-Albert Hootsen, representante del CPJ en México. “Después de años de incesante derramamiento de sangre e impunidad corrosiva, ha llegado el momento de que el Estado mexicano actúe y demuestre que finalmente está dispuesto a tomar en serio sus obligaciones con respecto a la libertad de prensa”.
Durante una conferencia de prensa, informaron que México es el país más peligroso del hemisferio occidental para los periodistas, según una extensa documentación del CPJ desde 1992.
Según la investigación del CPJ, desde el cambio de siglo, al menos 141 periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación han sido asesinados, “se descubrió que al menos 61 de esos asesinatos estaban directamente relacionados con su trabajo. La impunidad es la norma en los crímenes contra la prensa”.
De acuerdo con el Índice Global de Impunidad anual del CPJ, México se ubica constantemente entre los diez países con el mayor número de asesinatos de periodistas que siguen sin resolverse. El CPJ también ha concluido que México es el país con el mayor número de periodistas desaparecidos en el mundo, sin embargo, ni un solo caso de periodista desaparecido en México ha dado lugar a una condena.
Más allá de los asesinatos y desapariciones, señalaron, los periodistas en México enfrentan constantes amenazas, hostigamiento y abuso físico y psicológico, tanto por parte de funcionarios públicos como del crimen organizado.
“La mayoría de las amenazas y ataques están relacionados con la lucha en curso del país contra grupos criminales violentos, la militarización de la llamada “guerra contra las drogas” y las agencias de aplicación de la ley corruptas o incompetentes que no quieren o no pueden mantener seguros a los periodistas y al público. De hecho, el propio Mecanismo ha determinado que los funcionarios públicos son responsables de casi la mitad de las agresiones que ha registrado contra periodistas en México”.