La industria del vino en México enfrenta serias dificultades para competir con los grandes productores mundiales debido a la elevada carga fiscal que afecta a sus productos, advirtió el enólogo Víctor Manuel Torres, pionero de la vitivinicultura en Ensenada, Baja California. Según el experto, hasta un 46% del precio de una botella mexicana corresponde a impuestos, lo que obstaculiza una estrategia nacional que incentive la producción y el consumo interno.
Durante su participación en el 4.º Foro Internacional Agroindustrial organizado por Canacintra y el gobierno de Baja California, Torres comparó que una botella de vino nacional con un precio de 1,500 pesos paga hasta 1,000 pesos en impuestos, mientras que en Francia el gravamen equivalente no rebasa los seis centavos.
A pesar del reconocimiento internacional que han ganado los vinos mexicanos por su calidad, Torres señaló que no existen políticas públicas, ni federales ni estatales, que apoyen de forma efectiva a los productores. También denunció que el aumento en el consumo local ha beneficiado mayormente a importadores, ya que el 70% del vino consumido en México proviene del extranjero.
El especialista también alertó sobre la urgente necesidad de mejorar el uso del agua en los viñedos nacionales. Mientras que en Brasil se producen hasta 30 toneladas de uva por hectárea, en Ensenada apenas se obtiene una tonelada.
Con apenas 4,000 hectolitros producidos anualmente y un consumo per cápita de 1.5 litros, México aún se encuentra muy por debajo de países como Francia (61 litros) o Portugal (69 litros), pese a que 17 estados ya cuentan con algún nivel de producción vitivinícola.