Musk anunció este martes que disminuirá “significativamente” su participación en la Oficina de Eficiencia y Recortes del Gasto Federal (DOGE), creada por el presidente Donald Trump, para dedicar más tiempo a Tesla, luego de que la compañía reportara una caída del 71% en sus ganancias durante el primer trimestre del año.
Durante la conferencia de resultados, Musk señaló que su labor al frente de la DOGE —donde trabajó para reducir el “despilfarro y fraude” en el gasto público— está “en gran parte terminada”, por lo que a partir de mayo destinará más tiempo a la automotriz.
Tesla registró $409 millones en ganancias, muy por debajo de lo esperado. Entregó 336.681 vehículos (-13% vs. 2024), afectado por un “sentimiento político cambiante”, según Musk. La empresa recortó sus estimaciones para 2025, citando el impacto de los aranceles de Trump en el comercio global.
Musk atribuyó parte de los problemas a protestas y vandalismo contra la marca, sugiriendo que algunos ataques provienen de personas “que recibieron dólares malgastados” por el gobierno.
El CEO de Tesla, cercano a Trump en los últimos meses, defendió su trabajo en la DOGE como “crucial para controlar el déficit”, pero los mercados reaccionaron con preocupación ante su doble rol.
