El reciente logro biotecnológico de revivir tres cachorros de la especie extinta Aenocyon dirus, conocida como “lobo terrible”, generó cuestionamientos éticos y ecológicos, según el doctor Miguel Ángel Reyes López, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Este avance, logrado mediante técnicas como la CRISPR-Cas9 y la clonación, plantea interrogantes sobre el objetivo y las implicaciones de traer a la vida a especies del Pleistoceno.
Cuestiones clave:
- Hábitat y sobrevivencia: La falta de presas grandes, que eran su fuente de alimento, y la competencia con depredadores actuales dificultan su integración en el ecosistema.
- Vida en cautiverio o libertad: Liberarlos violaría leyes sobre la introducción de especies en la vida silvestre, lo que podría generar conflictos ecológicos.
La doctora Cynthia Elizalde Arellano, experta en mastozoología del IPN, argumenta que estos lobos son híbridos creados a partir de fragmentos de ADN de restos fósiles y material genético de lobos grises. Añade que, además de los aspectos genéticos, el comportamiento aprendido dentro de las manadas es fundamental para definir a la especie. Sin este proceso de socialización, los especímenes no podrían considerarse verdaderos lobos terribles.
Futuro incierto:
El experimento revela un avance genético significativo, pero los especialistas advierten que el futuro de los ejemplares probablemente será en cautiverio, pues las condiciones actuales del mundo no replican su hábitat original. Esto desafía las leyes de selección natural, que dictan qué especies pueden prosperar según su entorno.
Aunque el logro demuestra el potencial de las biotecnologías modernas, los expertos coinciden en que la extinción es irreversible y trae consigo implicaciones éticas y ecológicas que deben ser consideradas cuidadosamente.