El Vaticano informó este sábado que el Papa Francisco, hospitalizado desde el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma por problemas respiratorios, aprobó retomar su ambicioso proyecto de reformas sobre el futuro de la Iglesia. Esta decisión, tomada desde su lecho de hospital, parece ser una clara señal de su determinación por consolidar su legado en un momento en el que las dudas sobre su estado de salud se han multiplicado.
El pontífice argentino, de 88 años, ha estado alejado de la vida pública desde su ingreso hospitalario, sin realizar apariciones ni publicar imágenes recientes. Sin embargo, tras una fuerte caída el 3 de marzo, su condición ha mejorado gradualmente, permitiéndole retomar sus labores mientras continúa con sesiones de fisioterapia motora y respiratoria para recuperarse de una doble neumonía.
Este martes, Francisco dio luz verde para iniciar “el proceso de acompañamiento de la fase de implementación” del Sínodo “Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión”, que concluirá en octubre de 2028 en Roma, según un comunicado oficial del Vaticano. Este sínodo, que busca profundizar en la reforma de la Iglesia, abordará temas cruciales como la ordenación de mujeres como diaconisas, la acogida a los fieles LGTB y una mayor participación de los laicos en la vida eclesial.
En octubre de 2024, una asamblea mundial de religiosos y laicos dejó abiertos varios de estos temas, aunque el documento final propuso una reorganización en la formación de los curas, una mayor implicación de los laicos en la selección de obispos y una mayor autonomía para las conferencias episcopales. Además, se enfatizó la necesidad de intensificar la lucha contra la violencia sexual por parte de miembros del clero, con medidas de prevención más robustas.
